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2009: Los Astros deben cambiar el modus operandi

MEXICO (AP). Los Astros de Houston se asemejan a un yoyo. ¿Cómo así­? Sus temporadas recientes han tenido la caracterí­stica de comenzar a los tumbos para terminar con feroces acometidas.

En 2005, los Astros llegaron a estar 15 juegos por debajo del porcentaje de .500 y nadie les daba opciones. Sin embargo, con un cierre 71-42, Houston logró alcanzar su primera y única Serie Mundial.

Y así­ varias veces, como el año pasado, cuando tuvieron el mejor récord de la Liga Nacional (42-24) tras la pausa del Juego de Estrellas.

El problema fue que en los meses previos habí­an cavado un hueco demasiado profundo para venir de atrás en la división Central. También incidió el huracán Ike, que causó estragos en la infraestructura de la ciudad y les forzó a jugar partidos como local contra los Cachorros de Chicago en territorio neutral.

Su manager Cecil Cooper ya no quiere saber de épicas remontadas y en los entrenamientos de primavera ha puesto énfasis en jugar con intensidad desde el inicio.

"Hay que hacer las cosas como se debe desde ya, no dentro de dos semanas", advirtió luego que el equipo perdió seis de sus primeros siete de pretemporada.

Cualquiera pensarí­a que un equipo que estuvo cerca de alcanzar los playoffs se iba a reforzar, pero no fue así­.

La situación económica incidió en los planes de los Astros, que marcaron un lí­mite de gastos en su nómina que oscila los 100 millones de dólares. Mucho de ese dinero, unos 60 millones, se concentra en cuatro hombres: Miguel Tejada, Carlos Lee, Lance Berkman y Roy Oswalt.

El mejor ejemplo de que el equipo se tomó en serio apretarse el cinturón fue el caso del pitcher zurdo Randy Wolf. Cuando todo parecí­a decidido para un contrato de tres años y 28,5 millones, los Astros se percataron de que las cuentas no les salí­an y retiraron la oferta. ¿Y Wolf? Prácticamente tuvo que mendigar por un contrato de un año con los Dodgers de Los Angeles.

Ahora bien, los Astros podrí­an acabar arrepintiéndose de no tener a Wolf, quien fue clave en el repunte de la segunda mitad el año pasado.

Aparte de su estelar abridor Oswalt (17-10, 3.54 de efectividad), la rotación despierta muchas dudas.

El zurdo Mike Hampton, un serpentinero que en los últimos años ha pasado más tiempo en la lista de lesionados que en la lomita, constituyó la principal adquisición. Hampton vuelve a Houston, donde en 1999 consiguió la mejor campaña de su carrera con una foja de 22-4.

Pero se perdió por completo las campañas de 2006 y 2007, aunque el año pasado logró realizar 13 aperturas con Atlanta y acabó con marca de 3-4 y 4.85 de efectividad.

Aunque difí­cilmente Hampton pueda ser el mismo de antes, los Astros esperan que pueda ayudar como mentor de sus pitchers en ascenso, como el zurdo dominicano Wandy Rodrí­guez.

Houston cifra sus esperanzas en que tanto Rodrí­guez como Brandon Backe den un paso adelante en cuanto a su contribución.

La de 2008 fue hasta ahora la mejor campaña de Rodrí­guez en las mayores con récord de 9-7 y una efectividad de 3.54.

Backe (9-14, 6.05) y Brian Moehler (11-8, 4.56) son los designados para llenar las otras dos plazas. Backe quiere demostrar que no es un mero prospecto con futuro y se propuso reducir los 36 jonrones que permitió, lo cual lo dejó entre los más castigados de los abridores de la liga.

Houston mantiene como cerrador al dominicano José Valverde, quien lideró el circuito con sus 44 rescates. El relevo es uno de los pilares, pese a que fue el que más jonrones permitió en el circuito, 70. Doug Brocail y LaTroy Hawkins serán los escuderos de Valverde.

La producción ofensiva está en buenas manos con el trí­o de artilleros conformado por Berkman, Lee y Tejada.

Berkman viene de una temporada sensacional en la que bateó para .321 con 29 jonrones y 106 remolcadas. Pero ojo a una estadí­stica que pocos miran, la que combina el promedio de slugging con embasamiento. El inicialista registró un alucinante .987, la mejor demostración de sus cualidades.

El otro cañón en la alineación lo aporta el jardinero izquierdo Carlos Lee. Aunque se perdió las últimas siete semanas de la pasada campaña al fracturarse en dedo, el panameño conectó 28 jonrones y produjo 100 carreras.

Tejada afronta un año clave para su futuro, ya que se dice que dentro de poco tendrí­a que mudarse del campocorto a la antesala. Sus guarismos (.283, 13, 66) reflejaron un declive, quizás atribuido a cuestiones fuera del diamante.

Su nombre fue mencionado en el Informe Mitchell y después tuvo que admitir que tení­a dos años más de edad cuando en una entrevista por televisión le sacaron a relucir su certificado de nacimiento.

Para colmo, el 27 de marzo será sentenciado tras reconocer que le mintió a los investigadores del Congreso en su pesquisa por el uso de drogas en las mayores. Se prevé que recibirá la libertad condicional.

Houston espera una mejorí­a en el aporte del intermedista japonés Kaz Matsui, algo que está sujeto a que se mantenga sano. Bateó para .293 con 26 dobles el año pasado aún cuando se perdió 65 partidos por diversas lesiones.

La antesala será cubierta por el veterano Geoff Blum (.240, 14, 53). Es uno de los tres batedores ambidiestros del infield, junto a Berkman y Matsui.

Hunter Pence (.269, 25, 83) en el bosque derecho y Michael Bourn (.229, 5, 29 y 41 robos) en el central completan el trí­o de jardineros.

La receptorí­a no tiene un dueño fijo tras la salida de Brad Ausmus, quien firmó con los Dodgers. El venezolano Humberto Quintero (.226, 2, 12) y J.R. Towles (.137, 4, 16) se alternarán detrás del plato mientras el equipo aguarda la evolución del prospecto Jason Castro, su primera selección en el pasado draft.

FUENTE: Agencia AP