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2009: Los Padres podrí­an seguir en la mediocridad

SAO PAULO (AP). A veces el divorcio de un propietario puede afectar el funcionamiento de un equipo.

Tal es el caso de los Padres de San Diego que, después de perder 99 juegos para su peor temporada en 15 años, recortaron su planilla de salarios drásticamente, rebanándole unos de 30 millones a su total de casi 74 millones.

El motivo fue que el dueño John Moores no tuvo otro remedio que vender la franquicia como parte de los requisitos de repartición de propiedades con su esposa y que son de obligatoriedad por ley en el estado de California.

Justo antes del inicio de la temporada, Moores logró su propósito al transferir el 35% del equipo a manos de Jeff Moorad, un ex agente de peloteros. El consorcio que Moorad encabeza se plantea asumir el 100% dentro de los próximos cinco años.

"Jeff va a poner de su propio bolsillo en el equipo y es alguien a quien no le gusta malgastar el dinero", comentó Moores. "No se va poner a dar contratos largos. No vas a ver veteranos de 38 años con un contrato de siete años".

Moorad prometió tratar de mantener la nómina entre los 70 y 80 millones.

Pero el impacto del cambio de dueño no se notarí­a de inmediato en cuanto al desempeño del equipo en el terreno, uno que en ciertos tramos el año pasado dio la impresión de ser digno de Triple A.

Los Padres se encuentran en un nivel similar o peor al que les llevó a su desastroso 2008 y esto hace pensar que la nueva campaña en el PETCO Park será dolorosamente larga para sus fanáticos.

Van a resentir la ausencia de Trevor Hoffman, el lí­der histórico de las mayores con 554 rescates.

Hoffman decidió firmar como agente libre con Milwaukee al sentirse ofendido con la oferta de los Padres. Su sucesor será Heath Bell, quien de por vida tiene dos salvamentos.

Y la cosa pudo haber sido peor, ya que su as Jake Peavey estuvo en la mira de canjes con los Cachorros de Chicago y los Bravos de Atlanta.

Se puede decir que los derechos Jake Peavy (10-11, 2.85 de efectividad), Chris Young (7-6, 3.96) y Cha Seung Baek (6-9, 4.62) representan las cartas más sólidas de la rotación.

Su pitcheo no es lo mejor que hay, aunque juegan en un estadio con dimensiones beneficiosas para los lanzadores. La efectividad del staff (4.41) figuró en el puesto 18 de las mayores.

En los papeles, Peavy y Young conforman un sólido 1-2, pero no son garantí­a completa. El Cy Young de Peavy en 2007 aparece en medio de campañas en la que su récord es de 21-25. Young, por su lado, sólo pudo hacer 18 aperturas el año pasado tras sufrir la fractura de su nariz por un batazo de Albert Pujols y luego una molestia del antebrazo.

Kevin Correia (3-8, 6.05 con San Francisco) y el mexicano Walter Silva (7-8, 4.21) asomabana para completar el grupo de abridores.

La ofensiva es el principal lastre, luego de anotar la menor cantidad de carreras (637) en todo el béisbol el año pasado.

El primera base mexicano Adrián González y el jardinero derecho Brian Giles son los únicos bateadores de peligro.

González sigue en una proyección en alza tras un año en el que bateó para .270, con 36 jonrones y 119 impulsadas. Fue a su primer Juego de Estrellas y ganó su primer Guante de Oro.

Con su promedio de .306, Giles fue el lí­der de bateo del club, además de conectar 40 dobles y negociar 87 boletos. Su porcentaje de embase fue de .398, uno de los más altos en las mayores.

Jody Gerut (.296, 14, 43) será el primer en el orden ofensivo tras lograr afianzarse en el espacioso bosque central.

El tercera base Kouzmanoff, quien viene de operarse el hombro, pegó 23 jonrones y remolcó 84 carreras, pero su promedio sufrió una merma de 15 puntos para quedar en .260.

David Eckstein, un veterano de 34 años, decidió aceptar la oferta de San Diego sobre otras con más dinero por tener asegurado el puesto de titular en la intermedia.

Tendrá como colega de doble jugadas al venezolano Luis Rodrí­guez (.287, 0, 12), quien se quedó con el puesto casi que por descarte tras el canje a San Luis de Khalil Greene.

Otro par de desconocidos son el jardinero izquierdo Chase Headley (.269, 9, 38) y el receptor Nick Hundley (.237, 5, 24).

El récord de 120 derrotas en una campaña que los Mets de Nueva York fijaron en 1962 deberí­a seguir en pie, pero no deja ser alarmante como los Padres se han ido a pique tan rápidamente. Mejorar un poco las 63 victorias del año pasado podrí­a ameritar que la campaña de 2009 se le considera como buena.

FUENTE: Agencia AP

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