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El bate de Beltrán se encarga de silenciar crí­ticas

NUEVA YORK (AP). Que si no se desliza. Que no se zambulle en los jardines. Que le falta más pasión.

Las crí­ticas sobre el estilo de jugar de Carlos Beltrán, mayormente procedentes de los fanáticos, han sido una constante desde que llegó a los Mets de Nueva York en 2005, pero sus números al iniciar la actual temporada no mienten: el puertorriqueño está teniendo el mejor inicio de año en su carrera de 12 campañas en las mayores.

Beltrán ha sido el modelo de la consistencia para los Mets en la campaña. Hasta los partidos del jueves, lideraba la Liga Nacional con su promedio de .382, el cuarto mejor en Grandes Ligas. También encabezaba a su club en cuanto a jonrones (5) y carreras impulsadas (20). Sólo una vez en 27 juegos _y eso fue recién esta semana_ no logró embasarse.

"Durante mi carrera, he tenido algunas temporadas en las que he empezado bien pero sinceramente nunca como esta", dijo Beltrán a The Associated Press.

La valoración personal del jardinero central es realmente mesurada sobre los primeros compases del 2009. Este año logró hilvanar su racha más prolongada de partidos bateando de hit con 16 y también enhebró una seguidilla de 30 juegos alcanzando base, la cual se remontaba al 24 de septiembre de 2008.

Beltrán no se deja llevar por los cantos de sirena de estas semanas.

"La temporada es larga. Yo por experiencia sé que esto no es como uno comienza, sino como se termina. Tengo que seguir trabajando para acabar fuerte", señaló.

Lo dicho por Beltrán ciertamente es una frase trillada, pero existen factores que permiten pensar que esto no es un patrón de un solo mes.

Lo primero es que el boricua tiene cero vestigios de las lesiones que lo tuvieron a maltraer en campañas recientes. Y lo segundo es que ha cambiado su forma de encarar sus turnos al bate.

Cuando en febrero pasado llegó a los campos de entrenamiento en Florida, para iniciar el quinto año de un contrato de 119 millones de dólares y siete campañas, Beltrán proclamó sentirse "200 por ciento" en cuanto a lo fí­sico.

"La gran razón de mi inicio es que estoy saludable. No me duele nada", señaló. "En años anteriores llegaba al estadio pensando en algún tipo de dolor, siempre habí­a algo. No estoy preocupado en nada".

Lo llamativo es lo notable de su desempeño las tres últimas temporadas, pese a dolencias en ambas rodillas.

El año pasado ganó su tercer Guante de Oro seguido y bateó para .284 con 27 jonrones y 112 remolcadas. También conectó 40 dobles, se robó 25 bases y anotó 116 carreras.

Beltrán, quien el mes pasado cumplió 32 años, tiende a hacer caso omiso a las crí­ticas sobre su forma de ser, considerada como distendida por los fanáticos. A lo sumo dice que los aficionados "están en su derecho de opinar".

Pero en el seno de los Mets se recuerda el que Beltrán sólo se perdió cuatro juegos en 2005 tras un aparatoso choque de caras en los jardines con su entonces compañero Mike Cameron. O como no renunció a jugar en la recta final de 2007 pese a las molestias en las rodillas.

"Le dio un verdadero ejemplo a sus colegas", llegó a decir el gerente general Omar Minaya.

Beltrán también afirma que ahora sale a batear con más agresividad.

"No me pongo a pensar tanto en el conteo. Busco ser más agresivo", sostuvo el ambidiestro. "Estoy viendo mejor la bola, reaccionando más temprano en el conteo, no estoy esperando".

Lo otro diferente en el swing de Beltrán es que ha dejado de ser bateador que jala en exceso hacia el lado derecho del diamante. "Siempre he sido un bateador que jala la bola, pero ahora busco usar todo el terreno", indicó.

Un ejemplo fueron los dos jonrones que conectó el último lunes por el jardí­n central en un juego contra los Bravos de Atlanta en el Turner Field, lo cual le provocó un particular gusto al manager Jerry Manuel.

"Carlos puede ser bien peligroso bateando hacia el jardí­n central y al izquierdo", destacó el piloto. "Esto es una muy buena señal".

FUENTE: Agencia AP