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2009: El hijo pródigo regresa a Oakland

LIVERPOOL, Inglaterra (AP). Ocho años después, Jason Giambi vuelve a Oakland y con él una nueva actitud en la zona de la Bahí­a de San Francisco.

Amén de que ya no tendrá que dejarse el pelo corto, como debió hacerlo durante sus ocho temporadas con los Yanquis de Nueva York, Giambi simboliza el empeño de un equipo que vuelve a desafiar los convencionalismos en las Grandes Ligas.

Una franquicia con fama de frugal, los Atléticos actuaron a contra corriente al desembolsar 5,25 millones de dólares por Giambi.

También, para variar, se desprendieron de tres jugadores para obtener el jardinero Matt Holliday. El salario de Holliday supera los 13 millones y se puede ir al final de la temporada como agente libre.

Muchos reaccionaron incrédulos con los movimientos del gerente Billy Beane, un ejecutivo famoso por su obsesión con los análisis estadí­sticos.

Los propios jugadores se sorprendieron, como confesó el pitcher abridor Sean Gallagher.

"¿Me están tomando el pelo?". Esa fue la frase con la que, según, Gallagher reaccionó al enterarse de la contratación de Holliday.

Y hubo más. El torpedero colombiano Orlando Cabrera y el veterano Nomar Garcí­aparra también desembarcaron al iniciar los entrenamientos de primavera.

Tampoco es que se han descuidado en su constante búsqueda de joyas jóvenes. El equipo invirtió 4,25 millones para seducir a Michel Inoa, un chico dominicano de 16 años que con su recta sobre las 92 millas por hora tardó un siantamén en establecerse como uno de los prospectos más cotizados.

Está claro que los Atléticos no se andan con cuentos chinos y que van con todo para desbancar de la cima a los Angelinos de Los Angeles, que ganaron 100 juegos para alzarse con el banderí­n del Oeste de la Liga Americana el año pasado.

La división ciertamente está al alcance, sobre todo luego que los Angelinos no pudieron retener al inicialista Mark Teixeira y dejaron ir al taponero venezolano Francisco Rodrí­guez.

Oakland solo se ha clasificado a los playoffs una vez desde 2003 y encajaron 86 derrotas en cada de los dos últimas campañas.

Fueron dos caras en cuanto a la produccion de sus bateadores y la eficacia de sus lanzadores. Figuraron entre los de la cola en casi todos los renglones ofensivos, mientras que permitieron la tercera menor cantidad de carreras.

Se supone que la llegada de Giambi y Holliday, más un Eric Chávez sano, activará la manufactura de carreras.

Sin embargo, el pitcheo no ofrece las garantí­as más fiables por su inexperiencia y ausencia de brazos de renombre.

El pitcheo de los Atléticos tiene como baluarte a Justin Duchscherer (10-8, 2.54), a quien se le puede considerar como el veterano por sus dos años de servicio.

Su efectividad fue estupenda, pero Duchscherer no tiene trayectoria de durabilidad y nunca ha podido abrir 30 juegos en una sola campaña. Tampoco alienta que su pasada temporada fue interrumpida por una dolencia en la cadera.

Detrás de suyo se encuentra un grupo de jóvenes, todos menores de 25 años. El zurdo Dana Eveland (9-9, 4.34) se curtió con 29 salidas el año pasado. Gallagher (5-7, 5.15), más los zurdos Dallas Braden (5-4, 4.14) y Gio González (1-4, 7.68) completarí­an el quinteto.

Hay varios prospectos en camino, pero no existe la garantí­a de repetir los años de gloria de Tim Hudson, Mark Mulder y Barry Zito.

Pese a la partida de Huston Street, el bullpen se mantiene fuerte. Brad Ziegler, quien tuvo efectividad de 1.06 en 47 apariciones, pinta como el nuevo cerrador

Aunque parezca absurdo, sólo un jugador de los que siguen en el cuadro interior bateó por encima de los .250 el año pasado, y ese fue el catcher Kurt Suzuki (.279, 7 jonrones y 42 remolcadas), lo cual fue el mejor reflejo de los problemas ofensivos.

Los Atléticos fueron tal vez el equipo más golpeado por las lesiones el año pasado. El antesalista Eric Chávez, el intermedista Mark Ellis y el jardinero suplente Travis Buck vienen de lesiones.

Si los tres recuperan su forma, pues entonces el equipo tendrá otra fisonomí­a.

Tras ver en acción en 23 partidos por dolencias en las espalda y hombro, un Chávez en plenitud es vital.

Cabrera y su bate mejorarí­a el aporte desde el campo corto, donde el anterior titular Bobby Crosby conectó para .237. Dos veces ganador del Guante de Oro, Cabrera registró un promedio de .281 y 57 remolcadas con los Medias Blancas de Chicago.

"Aún me queda mucho que dar en mi carrera", dijo Cabrera. "Si me mantengo sano, sé que puedo ayudar que el equipo gane partidos. Los números vendrán solitos. Siento que tengo para cuatro o cinco años más".

Ellis (.233, 12, 41) y el primera base Daric Barton (.226, 9, 47) completan el infield.

¿Qué hará Garcí­aparra? En el ocaso de su carrera, la mejor descripción será de una especie de bombero en cada puesto del cuadro.

Giambi (.247, 32, 96 y .373 de embase) se alternará entre la inicial y bateador designado. No se engañe por el bajo promedio de bateo. Giambi posee una excelente paciencia en el plato y su poder para llevarse la cerca no ha desaparecido.

Los jardines también lucen bien, quizás con el mejor trí­o en el Oeste. Holliday (.321, 25, 88 y 28 robos con Colorado) asumirá en el izquierdo y sin duda el temido bateador que carecieron el año pasado. Ryan Sweeney (.286, 4, 45) buscará asentarse en el central y bateará primero en el orden ofensivo, mientras que Jack Cust (.231, 33, 77) patrullará el derecho.

FUENTE: Agencia AP