CIUDAD DEL CABO (AP). El presidente de la FIFA Joseph Blatter aseguró que se puso a bailar de la alegría cuando llegó a Sudáfrica para cerciorarse de los preparativos de la Copa Mundial del 2010.
Blatter visitó el lunes el estadio de Ciudad del Cabo, considerado como la "joya" de las sedes del mundial. Su construcción ha sido foco de debates políticos y demoras, pero sus obras ahora avanzan un poco adelantado a las fechas programadas.
El dirigente suizo, sin embargo, se mostró más crítico sobre el seleccionado nacional, el cual no se clasificó al mundial del 2006 y que parece condenado a quedar fuera de la Copa Africana del 2010.
Blatter aseguró que Sudáfrica debió haber aprovechado los cuatro años que lleva desde que recibió la sede para armar un equipo más fuerte.
"En 1996 salieron campeones de Africa y miren el estado en el que están. Es increíble y no lo puedo entender", dijo Blatter. "Hagan algo, muevánse".
Blatter señaló que planteará su preocupación al presidente de la Asociación Sudafricana de Fútbol cuando lo vea el martes al recorrer la sede del partido inaugural y la final en Johanesburgo. También prevé encontrarse con Nelson Mandela, cuyas gestiones fueron claves para conseguir la sede.
Blatter enfatizó que su viaje es una visita de cortesía y no una inspección oficial.
Asimismo, minimizó el temor de que la crisis en lo interno del partido gobernante, que enfrenta al actual presidente Thabo Mbeki contra su posible sucesor Jacob Zuma, pueda tener repercusiones para el mundial si ministros del gabinente sean despedidos.
"No estamos en lo mínimos preocupados por los problemas políticos internos de Sudáfrica", dijo Blatter. "Vamos a hacer este mundial y será un gran torneo".
Para Blatter, el éxito del mundial del 2010 se ha convertido en una suerte de cruzada personal, deseoso que el mismo deje un legado para el continente.
"Cuando bajé del avión y toqué suelo africano, empecé a bailar", dijo Blatter durante una rueda de prensa el domingo junto Mbeki.
Pero lo cierto es que el primer país africano en albergar un mundial afronta muchos obstáculos.
El primero en la lista es el transporte público, o mejor dicho la falta del mismo. Las autoridades han apartado 1.700 millones para mejorar la infraestructura de trenes y carreteras en varias ciudades sede.
También fundamental es la situación de la seguridad pública.
El lunes, en una entrevista con un progama radial, el secretario general de la FIFA Jerome Valcke se expresó optimista al aludir a los esfuerzos del gobierno para reducir los índices de criminalidad en un país en el que se reportan 50 asesinatos por día, a menudo para robarles algo mínimo como un teléfono celular.
"No estoy tan preocupado por la seguridad. Creo que vamos bien", dijo Valcke, mencionado que ni en París o Zurich existe una garantía de 100% de seguridad.
El gobierno elevará a 190.000 el número de agentes de policía para la Copa, y ha recalcado que competencias deportivas de magnitud como los mundiales de rugby y cricket se disputaron sin incidentes graves.
Lo que parece más alentador es el avance de las obras. El estadio de la ciudad sureña de Port Elizabeth no pudo estar listo para la Copa Confederaciones del 2009, pero sí para el mundial. Las obras también avanzan bien en Durban, sede de una semifinal, así como en los dos estadios en Johanesburgo.
FUENTE: Agencia AP