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Pochettino roza la gloria en final de Liga de Campeones

La revolución de Tottenham y de su técnico Mauricio Pochettino no pudo ser.

El argentino, que como su equipo debutaba en una final de la Liga de Campeones, despertó del sueño de golpe, apenas un minuto después de que el balón comenzase a rodar ante Liverpool el sábado en el estadio Wanda Metropolitano de Madrid.

Mohamed Salah ejecutó de forma impecable un penal, concedido en la primera jugada del encuentro, y el gol madrugador empezó a disiparse la ilusión de un título que habría consolidado a Pochettino en la cima del fútbol europeo.

La oportunidad volvía a escapársele, como cuando llevó a los Spurs _ también contra todo pronóstico _ a la final de la Copa de la FA en su primera temporada, y acabar cayendo ante Chelsea. El tanto de Divock Origi en los últimos minutos confirmó el desenlace.

Tras el primer gol, un cariacontecido Pochettino no dejó de dar instrucciones desde la banda al equipo, que no olvidó su seña de identidad: un estilo de juego intenso y dinámico que saca el máximo rendimiento a jugadores. Nombres como Harry Kane _ de vuelta tras una lesión de tobillo _, Delle Alli, Eric Dier, Kieran Trippier y Danny Rose conforman ahora la base de una renacida selección inglesa.

“Nos encontramos, por ambición, trabajo y la calidad de los futbolistas en una final”, dijo el argentino tras el encuentro. “Habría sido un hecho histórico haber ganado”, agregó en referencia al desequilibrio entre un equipo “construido para jugar finales” como Liverpool y otro que priorizó la construcción de su nuevo estadio y destinó “cero libras” a fichajes durante un año entero.

El broche de oro a una temporada “fantástica” habría sido el triunfo en un partido en el que los Spurs dominaron en posesión y en tiros a puerta, pero donde no supieron concretar sus ocasiones.

“Se trata de ganar, no de merecerlo o jugar bien. Nadie va a recordar si merecimos más”, destacó mostrándose “orgulloso” de sus jugadores y de la afición que los arropó tanto durante el año como en Madrid.

“Tenemos que ser inteligentes ahora. Después de una situación muy dolosa como la de hoy va a ser duro, pero después de unas horas cambiaremos la mente y empezaremos a ser positivos”, declaró en la conferencia de prensa tras el partido.

Pochettino, de 47 años, perdió además la oportunidad de hacerse un hueco en la historia del fútbol argentino al convertirse en el tercer entrenador del país que gana la máxima competición europea de clubes.

El pionero fue Luis Carniglia, que fue campeón en dos ocasiones con Real Madrid en las temporadas 1957-1958 y en la 59-60, la tercera y cuarta edición del campeonato, respectivamente. Helenio Herrera repitió doblete, al frente del Inter italiano en 1964 y 1965.

Fue la séptima final que un técnico argentino pierde por la Copa de Europa, con Herrera (1967 con el Inter, Juan Carlos Lorenzo (1974 con el Atlético de Madrid), Héctor Cúper (2000 y 2001 con el Valencia), y Diego Simeone (2014 y 2016 con el Atlético) saliendo derrotados.

A 10 años y cinco meses de su debut en una banca, la cita de Madrid era el punto alto de Pochettino en su carrera como técnico. El exdefensor, que defendió las camisetas de Newell's Old Boys en Argentina, Espanyol en España y Paris Saint-Germain y el Girondins de Burdeos en Francia, además de la de Argentina, tomó las riendas del club de Barcelona en enero de 2009, apenas tres años después de colgar las botas en ese mismo vestuario.

Allí salvó con nota una situación muy compleja: tomó al club en posiciones de descenso a segunda división y, tras un espectacular final de temporada, terminó décimo. Según comentaba, esta era su mayor alegría como entrenador.

Tras la hazaña y un decepcionante inicio de campaña tres años después, Pochettino dejó el club, hizo las maletas y puso rumbo a Southhampton, donde tuvo una breve aunque exitosa campaña. En su única temporada allí, instauró un estilo basado en la presión y el ataque que encumbró a los Saints al octavo puesto de la Liga Premier.

Esto le abrió las puertas de Tottenham, donde la falta de fichajes le hizo agudizar el ingenio y descubrir jugadores como Kane, que ahora es uno de los motores del equipo. La apuesta salió bien y no se han apeado de las primeras posiciones de la liga desde su llegada.

“Ojalá sea el comienzo de un periodo exitoso para el club”, sentenció el entrenador, que por el momento seguirá llevando la etiqueta de “revelación” a la espalda.

FUENTE: AP