El campeón de los pesos pesados del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), Tyson Fury, y el aspirante, Deontay Wilder, cumplieron el viernes ante la báscula para su tercer enfrentamiento el sábado en Las Vegas (Nevada), en la pelea más esperada del año.
Tyson Fury, que se negó a quitarse la camiseta al subir a la báscula, pesa casi dos kilos más que cuando noqueó a Wilder en el séptimo asalto de su segundo encuentro en febrero de 2020, y más de nueve por encima que en su primer combate, en el Boxeo que terminó en empate en diciembre de 2018.
El anterior peso más alto de Deontay Wilder fueron las 231 libras (104,7 kilos) que presentó en su derrota de hace 20 meses ante Fury, la última vez en que ambos púgiles subieron a un ring.
En el pesaje del viernes, el personal de seguridad mantuvo separados a ambos boxeadores mientras Fury se burlaba una vez más de Wilder con un torrente de improperios y amenazas de una horripilante paliza.
Preguntado por la relevancia de su mayor peso, Fury respondió: "Significa la aniquilación total de un vagabundo".
"Aniquilación total. Eso es lo que significa para mí: 277 libras... Voy a meterlo en la enfermería después de esta pelea, no se preocupen por eso", dijo el actual monarca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).
Tyson Fury y Deontay Wilder Calma antes de la tormenta
Cuando se le pidió su predicción sobre el final de la pelea, Fury zanjó: "Con él gravemente herido en el suelo, destrozado, como si le hubiera atropellado un camión de 18 ruedas".
"La última vez él se quejó que tenía el cráneo roto y un brazo lesionado. Bueno, no puedo esperar al sábado por la noche. Le voy a hacer mucho daño. Estará irreconocible después de la pelea", aseguró el invicto 'Gipsy King'.
A principios de esta semana, Fury (30 victorias, con 21 nocauts, y un empate en el boxeo profesional) había restado importancia a su peso de combate, insistiendo en que se había preparado adecuadamente.
"No estoy buscando un peso específico, solo estoy comiendo mucho", afirmó.
"He entrenado lo suficiente y eso es todo. Lo que pese esa noche, lo pesaré", dijo el púgil de 33 años.
Del otro lado, el hecho de que Fury no se quitara la camiseta durante el pesaje le valió las burlas de los partidarios de Wilder: "¡Estás gordo", le gritaron.
Wilder, por su parte, se negó a responder a las acusaciones de Fury y lució una actitud más sobria
FUENTE: AFP