LOUISVILLE, Kentucky, EE.UU. (AP) — Andre Watkins practicó boxeo de sombra el domingo por la mañana afuera de la Iglesia Bautista Misionera King Solomon en el margen oeste de Louisville, no muy lejos de la pequeña casa de color rosa donde Muhammad Ali creció.
"Pensé que no debía morir, era tan bueno", indicó Watkins.
El padre de Ali, Cassius Clay Sr., pintor de oficio, siempre acudió a la iglesia King Solomon antes de morir hace décadas. Pintó un mural del bautizo de Jesús que todavía cuelga detrás del púlpito. Jesús y Juan el Bautista de pie dentro de un lago con el agua hasta la cintura, y una paloma blanca vuela sobre ellos.
El hermano de Ali, Rahaman Ali, llegó al lugar justo antes de la misa de las 11:30 de la mañana para unirse a los dolientes.
La reverenda Wanda McIntyre, quien ofició la misa el domingo, dijo que lo que ella más recordaba de Ali era esa famosa y contagiosa sonrisa. El boxeador iba en compañía de su padre a rezar ocasionalmente, incluso después de haberse convertido al islam, agregó. Eso le recordó a ella que él creía sobre todo en vivir la vida con tolerancia y un corazón abierto.
"Ríos, lagos, estanques, arroyos, océanos, todos tienen diferentes nombres, pero todos contienen agua", dijo en su momento Ali. "Al igual que las religiones tienen nombres diferentes, y todas tienen la verdad, expresada en diferentes formas y épocas. No importa si uno es musulmán, cristiano o judío. Cuando uno cree en Dios, debería creer que toda las personas forman parte de una sola familia".
El sábado, Russ Greenleaf había planeado acudir a su sinagoga en Louisville. Pero el hombre de 59 años decidió mejor atender una misa en homenaje a Ali.
"Yo pensé que Dios deseaba que yo estuviera ahí", mencionó. "Esta es la mayor alabanza, realmente, rendir homenaje a este gran hombre".
FUENTE: BRUCE SCHREINER