SAINT LOUIS, Missouri, EE.UU. (AP) — Cinco jugadores de los Rams causaron revuelo al levantar sus brazos cuando salían al terreno de juego, en señal de solidaridad con las protestas que tienen lugar en Ferguson tras la muerte de un joven negro a manos de un policía blanco.
El gesto ha terminado por simbolizar un movimiento, pese a que los testigos rindieron declaraciones contradictorias sobre si el joven Michael Brown, de 18 años, había levantado efectivamente las manos para rendirse antes de ser muerto a tiros por el agente de Ferguson, Darren Wilson, en agosto.
El poder de este símbolo fue evidente otra vez el lunes. Manifestantes en todo el país alzaron los brazos lo mismo al abandonar sus tareas en el empleo o la escuela en señal de protesta, desde Nueva York hasta San Francisco, pasando por Chicago.
En la Universidad de Missouri en Saint Louis, cerca de Ferguson, Amber Whitaker figuró entre 30 estudiantes que corearon: "¡manos arriba, no disparen!"
Whitaker, quien es de raza blanca y estudia el segundo año, dijo que el simbolismo es lo que importa, no si Brown llevaba las manos en alto.
"Hay mujeres y hombres negros que son abatidos a tiros con las manos arriba", consideró. "Hay mujeres y hombres negros que reciben disparos pese a andar desarmados. Esto podría no aplicarse exactamente a Mike Brown, pero sigue ocurriendo".
Las circunstancias exactas que rodearon la muerte de Brown serán tema de controversia quizás por siempre. Wilson, quien es blanco, mató al joven de raza negra, quien no portaba armas, el 9 de agosto. La semana pasada, un jurado investigador decidió que no presentaría cargos, lo que derivó en nuevas protestas, algunas de las cuales se tornaron violentas.
Wilson dijo al jurado investigador que disparó contra Brown en legítima defensa. Pero varios testigos afirmaron que Brown había levantado las manos para entregarse.
En cuestión de horas, la frase de "¡manos arriba, no disparen!" se convirtió en lema de los manifestantes.
"Tiene que haber un cambio", declaró el tight end Jared Cook tras la paliza 52-0 que los Rams propinaron a los Raiders el domingo. "Tiene que haber un cambio que comience con la gente que tiene más influencia en el mundo".
El entrenador Jeff Fisher declaró que no sabía que los jugadores participantes en la protesta, todos negros, planeaban realizarla.
La actitud de los jugadores, en todo caso, cayó como una puñalada en la Asociación de Agentes de la Policía de Saint Louis, la cual pidió sanciones para ellos y exigió una disculpa a la NFL, al considerar el gesto "ofensivo, de mal gusto y provocador".
El grupo, al que se unió la Asociación de Policías del Condado de Saint Louis, sostuvo el lunes un encuentro con ejecutivos de los Rams. En un comunicado, ambas organizaciones consideraron que la conversación fue "productiva pero preliminar", por lo que se reanudaría esta misma semana.
Los receptores Tavon Austin y Kenny Britt asomaron primero en medio de una columna de humo y detrás suyo llegaron Cook, Stedman Bailey y Chris Givens. Los cinco se detuvieron un momento y levantaron sus brazos.
"No quiero que la gente de la comunidad piense que ignoré lo que está pasando", afirmó Britt. "'¿Qué me gustaría ver? Un cambio en Estados Unidos".
Luego de que Tre Mason anotó un touchdown que puso la pizarra 45-0, él y Britt volvieron a levantar los brazos.
El gesto trajo a la memoria un episodio ocurrido hace más de cuatro décadas, durante los Juegos Olímpicos de 1968 en la Ciudad de México.
John Carlos medallista de bronce en los 200 metros, desató una polémica junto con su compatriota estadounidense Tommie Smith, quien había ganado el oro. Ambos alzaron un puño enfundado en un guante negro, símbolo del "poder negro".
Carlos se solidarizó el lunes con los jugadores de los Rams.
"Si ellos eligieron manifestarse y levantar las manos en apoyo a lo que les dictaban sus emociones, tienen derecho a hacerlo", dijo Carlos a The Associated Press. "No creo que se haya contado toda la historia sobre la tragedia de Michael Brown, los pros y los contras de ambas partes. Ellos simplemente pueden manifestar sus emociones. No pienso que nadie salga herido o baleado por expresar sus emociones".
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Los periodistas de la AP, Alan Scher Zagier en Ferguson; David A. Lieb en Jefferson City, Missouri, y Eddie Pells en Denver, contribuyeron con este despacho.
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FUENTE: JIM SALTER Y JIM SUHR (Associated Press)