AUGUSTA, Georgia, EE.UU. (AP) — Sin nervios ni preocupaciones. Adam Scott no sabía que la ronda inicial en el Augusta National pudiera ser tan agradable.
"Fue realmente como esperas salir y jugar en cualquier major, y especialmente en el Masters", afirmó Scott. "Y no hay duda de que el haber ganado el Masters el año pasado me tenía un poco más cómodo en el primer golpe de salida de lo que jamás he estado en el pasado, porque no tenía las piernas temblando y los nervios de punta durante seis o siete hoyos, como suele pasarme".
Haas, con una rica historia familiar en Augusta que incluye una chaqueta verde para su tío abuelo Bob Goalby, recuperó el control de su juego después de abrir con un bogey, apuntándose una serie de putts para birdie y un hierro 8 a cinco pies que terminó en birdie en el hoyo 18, lo que le permitió firmar una tarjeta de 68.
Fue la primera vez en 18 torneos grandes en que Haas tiene el liderato después de cualquier ronda, lo cual sólo le da un jarrón de cristal por la mejor ronda en un día del Masters. Haas sabe bien que no hay que albergar enormes esperanzas luego de lo que ocurre el jueves: la semana pasada iba al frente luego de la ronda inaugural en Houston y terminó empatado en el 37mo sitio.
"Falta mucho golf por jugar", advirtió.
Solamente un jugador que se colocó como líder de la primera ronda en los últimos 30 años ha seguido adelante hasta ganar el Masters.
Bubba Watson, excampeón en Augusta que el año pasado le colocó la chaqueta verde a Scott, jugó su primera ronda libre de bogeys en un major desde el U.S. Open de 2009 y finalizó con 69. Esa misma cifra registró Louis Oosthuizen, a quien Watson derrotó en un playoff en Augusta.
Fueron los únicos jugadores por debajo de los 70, la menor cantidad en una ronda inicial del Masters desde 2007.
Hubo algo en la forma en que Scott jugó que captó la mayor parte de la atención durante un maravilloso día primaveral en el sur de Estados Unidos. El golf ha estado aguardando todo el año a que un astro se destaque por encima de los demás, incluso más luego de que Tiger Woods no está en Augusta por primera vez en 20 años debido a que fue operado de la espalda.
Scott controló sus emociones y su juego todo el día, salvo en una ocasión, en que envió la pelota al agua.
El argentino Ángel Cabrera, que ganó este torneo en 2009, firmó una tarjeta de 78 golpes, seis por encima del par.
FUENTE: DOUG FERGUSON (Associated Press)