Su majestad el béisbol se abre paso en todo el territorio de Panamá y las provincias se visten con sus mejores colores, todos en busca de la anhelada copa "Caja de Ahorros".
Pero, en las graderías miles de panameños empezarán desde el 3 de enero a jugar un partido aparte, capaces de robar señas y hasta dirigir desde sus asientos, el fanático panameño no necesita cursos de arbitraje ni repeticiones instantáneas para conocer cuando una jugada afecta a su provincia.
Ese fanático, sentado mucho antes que los equipos salten al terreno y seducidos por el inigualable olor a carne asada, los crujientes platanitos o un rico refresco, no abandona su viejo pero útil radio para escuchar todos los partidos de la jornada sin dejar de apoyar a su novena favorita.
Aquel radio que en cada jornada es amenazado con tirarlo contra el suelo, cada vez que su equipo pierde y lo hace desvelarse en su hamaca, casa o apartamento al fiel seguidor del béisbol nacional.
Sin duda, el béisbol levanta pasiones, acerca a las familias y refuerza el regionalismo por los colores sagrados de cada provincia durante los más de cuatro meses de temporada.
Los equipos están listos, los estadios acondicionados y el fiel fanático solo espera el grito de "Playball" para que arranque otro año de gritos, risas y llantos en la pelota panameña.
FUENTE: Octavio Pinzón