SANDWICH, Inglaterra (AP). Rory McIlroy se sentó sin hacerse notar el martes. Su presencia fue detectada por una ráfaga repentina de destellos de las cámaras, cuando los fotógrafos se percataron de la llegada del astro de este Abierto Británico.
Ahora, en vez de hablar de lo conquistado, McIlroy mostró expectativas de ganar nuevos majors, comenzando quizás por el que se disputa a partir del jueves.
Con una actuación que impuso varias marcas en el major considerado como la prueba más dura del golf, McIlroy ha emergido como el favorito para unirse a una elite de jugadores a fin de capturar el US Open y el Abierto Británico en el mismo año.
McIlroy sabía que aquél fue todo un logro, imponiendo marcas en los marcadores del US Open y ganando por ocho golpes de diferencia. Sólo en las tres semanas que ha pasado en casa, el golfista ha comenzado a entender la magnitud de lo que logró.
"No me di cuenta de cuánto revuelo causaría esto", señaló. "Ha sido algo bonito. Pensé que era estupendo para mí ganar el US Open, ganar mi primer major. El apoyo que he tenido de la gente en casa, de todos en el mundo, ha sido algo abrumador".
Era imposible perderse la presencia de McIlroy el martes. Casi se sentía como si Tiger Woods hubiera llegado al Abierto Británico _cuando el estadounidense estaba en su mejor forma_.
Hubo más trabajadores de la prensa en la sala, esperando a McIlroy, que los reunidos para oír a Luke Donald, quien es el primer lugar del escalafón mundial y viene de apuntarse un triunfo por cuatro golpes en el Abierto Escocés. Los periodistas se colocaron recargados en todos los muros de la sala, e incluso hubo quienes escucharon la conferencia desde afuera.
Es el nuevo mundo de McIlroy, quien dice estar preparado para esto.
"Esto es lo que siempre quise hacer", dijo el norirlandés. "Siempre quise ser un golfista exitoso y uno de los mejores jugadores del mundo, y ganar torneos majors. Si tengo que lidiar con algunas cosas en el camino, no hay problema".
FUENTE: Agencia AP