MEXICO (AP). Rod Barajas es uno de ocho jugadores de la selección mexicana en el Clásico Mundial de Béisbol que no nacieron en el país, pero al catcher no le gusta que le digan extranjero.
"Jugar en este torneo es algo que no voy a olvidar", dijo Barajas a la AP. "Me pone la piel de gallina el escuchar las porras (vítores) que nos mandan los aficionados, sentir tanto calor de la gente, es algo que no se ve en Estados Unidos. Es algo que voy a recordar mucho tiempo, para mí es un honor jugar por México que es mi país".
Aunque su acento denota que el español no es su lengua natural, Barajas hace un esfuerzo por responder a cada pregunta. Dice que la camaradería que tiene con sus compatriotas es algo que jamás había vivido a ningún nivel en Estados Unidos.
"El primer día recuerdo que hubo mariachis antes del primer juego, por ahí Miguel Ojeda andaba cantando, son experiencias que jamás se me van a olvidar, lo tengo todo grabado y sé que con el paso de los años podré verlas en la computadora y recordar como lo pasamos. Es algo muy especial", agregó Barajas, receptor de los Azulejos de Toronto en Grandes Ligas.
"Jugar por México es algo que yo quise hacer en el primer Clásico, pero no tuve la oportunidad de jugar, esta vez si salió y quiero agradecer a los que me invitaron y yo quise ser parte de este equipo".
Barajas aseguró que otra experiencia inolvidable para él es poder convivir con el ídolo de su infancia, Fernando Valenzuela, a quien vio cuando era un niño en sus épocas gloriosas como lanzador estelar de los Dodgers de Los Angeles.
"Fernando fue la razón por la que mi papá nos llevaba a ver los juegos de béisbol y así empecé yo, por seguir la leyenda de Fernando Valenzuela. Por él me puse en esta dirección y le agradezco mucho. El ni sabe lo que hizo pero fue una gran razón por la que soy pelotero", concluyó.
Valenzuela es coach de lanzadores del equipo mexicano, que se clasificó a la segunda ronda en San Diego.
FUENTE: Agencia AP