MIAMI (AP). A Jason Terry no le gusta que Dwyane Wade se pavonee delante de la banca de los Mavericks de Dallas y se lo dejó saber.
Terry respondió con los primeros seis puntos en una racha de 22-5 que finalizó con uno de los más asombrosos regresos en la historia de la final de NBA, dándole a Dallas la victoria el jueves 95-93 sobre el Heat. Los siguientes tres encuentros serán en Dallas.
Terry se fue sin anotación en la segunda mitad del primer encuentro de la serie, y tenía un mísero 4 de 16 en toda la serie antes de su papel estelar en el regreso de Dallas. Anotó ocho puntos en un furioso repunte, terminando con 16 puntos, cinco asistencias, dos robos y una gran sonrisa.
Fue particularmente dulce para él hacer eso frente al Heat, sus aficionados y Wade, porque él y Nowitzki son los únicos sobrevivientes de los Mavericks del 2006 que dejaron ir la final perdiendo tres encuentros seguidos en Miami.
En 2006, los Mavericks no tuvieron la determinación de recuperarse cuando las cosas se les escapaban.
Esta postemporada han probado que pueden hacerlo.
Es cierto, dejaron ir una ventaja de 23 puntos frente a Portland, pero ganaron sus siguientes siete encuentros. En el cuarto encuentro de la final de conferencia se sobrepusieron a un déficit de 15 puntos con poco más de cinco minutos por jugar, algo en lo que seguro pensaban cuando se vieron abajo por el mismo margen el jueves, pero con más tiempo en el reloj.
Terry es uno de los líderes emocionales de este equipo. Su actitud fiera y su actuación candente al final del encuentro fueron cruciales para Dallas mientras Dirk Nowitzki jugaba con un dedo de su mano izquierda lesionado.
FUENTE: Agencia AP