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Los Filis y Yanquis pueden ofrecer una Serie Mundial vibrante

NUEVA YORK (AP). Por más que Filadelfia y Nueva York están separadas por un trayecto de apenas dos horas en carretera, la Serie Mundial que los Filis y Yanquis disputarán desde el miércoles tienen un carácter novedoso.

El Clásico de Otoño será un duelo entre ciudades vecinas, pero entre equipos huérfanos de una rivalidad mutua.

Su único antecedente fue en 1950 y el resultado fue una barrida de los Yanquis.

Con Joe DiMaggio al frente, Nueva York se impuso en cuatro reñidos partidos.

Una nueva barrida por parte de cualquiera es poco previsible. Lo que sí­ se espera es un duelo bastante parejo, algo que la Serie Mundial ha carecido en tiempos recientes.

La expectativa es que los rivales divididos por la autopista I-95, la Turnpike que cruza por Nueva Jersey, tienen el potencial para sacarse chispas hasta un séptimo juego y revertir el patrón reciente de series cortas.

Los últimos cinco clásicos se definieron con una excepcional brevedad. Tres terminaron con barridas y dos no pasaron del quinto partido.

Para ambas franquicias, proclamarse campeones representa dejar una huella histórica en sus trayectorias.

En el caso de los campeones vigentes Filis, la ambición se concentra en poder convertirse en el primer club en las mayores que revalida su cetro después desde que los propios Yanquis lo lograron entre 1998-2000. Ningún conjunto de la Liga Nacional ha podido repetir desde la Gran Maquinaria Roja en 1975-76.

"Creo que el hecho de que nos enfrentamos con los Yanquis y se está cerca de Filadelfia, más la reacción de los fanáticos y la prensa, y cómo las ciudades lo esperaban, todo eso le añade más condimento. Le da más atractivo", sostuvo el manager de los Filis Charlie Manuel.

El historial de Filadelfia palidece cuando se compara con la tropa del Bronx. Mientras los Filis saldrán por su tercer tí­tulo, los Yanquis van por el número 27.

Pero los Yanquis no levantan el máximo trofeo desde 2000 y llevaban seis campañas sin clasificarse a la Serie Mundial.

Lo que aficionados de otros equipos podrí­an asimilar sin complejos, en Nueva York es percibido como una sequí­a injustificable.

Llama mucho la atención el papel preponderante que ha tenido el cuarto histórico de los Yanquis, conformado por su capitán Derek Jeter, el cerrador panameño Mariano Rivera, el receptor puertorriqueño Jorge Posada y el pitcher abridor Andy Pettitte. Será la séptima Serie Mundial para los cuatro y primera desde 2004.

Mejor se pudo apreciar en la victoria en el sexto juego de la serie de campeonato contra los Angelinos de Los Angeles, en la que Rivera sacó los últimos seis outs y Pettitte fijó un récord de postemporada al anotarse su 16ta victoria.

Los Filis saben que se encontrarán con un equipo curtido en batallas de octubre y se entusiasman con la idea.

Esto lo dice Pedro Martí­nez, el veterano lanzador dominicano que llegó a los Filis cuando quedaban dos meses de temporada regular y que ya sabe lo que significa jugar contra ellos por sus experiencias con los Medias Rojas de Boston.

"Respeto a los Yanquis. Amo a los Yanquis", dijo Martí­nez. "Pero les quiero ganar con la misma intensidad que yo esperaba enfrentarles".

Nueva York también tiene claro que le toca un rival de alto calibre.

"Son los últimos campeones. Están jugando fenomenalmente. Sabemos que van a ser un adversario demasiado duro", dijo Joe Girardi, quien adoptó el número 27 para su camiseta como sí­mbolo de su objetivo cuando asumió el puesto de manager hace dos años.

Un aspecto curioso para el primer partido el miércoles será el duelo de abridores, con CC Sabathia por los Yanquis ante Cliff Lee de los Filis, ex compañeros en Cleveland y los dos últimos ganadores del Cy Young de la Liga Americana. Lee y los Indios vencieron 10-2 a Sabathia y los Yanquis el pasado abril en el partido inaugural del nuevo Yankee Stadium.

Lee aterrizó en Filadelfia a fines de julio mediante un canje y lució magistral en cada una de sus tres aperturas de postemporada, redondeando una promedio de carreras limpias admitidas de 0.71.

Sabathia formó parte del trí­o de agentes libres, junto a A.J. Burnett y Mark Teixeira, por el cual los Yanquis se gastaron 423,5 millones de dólares. Pero devolvió la inversión con signos de exclamación tras ganar 19 partidos en la temporada regular y tres triunfos más en los playoffs.

Ambos equipos se midieron en una serie interligas en mayo. Los Filis ganaron dos de tres, pese a que Brad Lidge malogró dos rescates.

También comparten el distintivo de ser equipos muy afines a venir de atrás. Los Yanquis encabezaron las mayores con 51 triunfos en esa forma, mientras que los Filis lideraron la Nacional con 43.

Debido al Clásico Mundial que se jugó en marzo y el calendario cargado con dí­as adicionales de descanso, esta será la primera Serie Mundial que tiene previsto terminar en el mes de noviembre. Si bien en 2001 el séptimo juego se realizó el 4 de noviembre, eso fue porque los atentados terroristas del 11 septiembre provocaron un atraso de una semana.

FUENTE: Agencia AP