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Neymar-Messi-Suárez, un tridente que encandiló

El coqueteo empezó en diciembre de 2011, por las lejanas tierras de Japón en la final de un Mundial de Clubes. Neymar Jr., por entonces un adolescente de 19 años con pelo al estilo mohicano pintado de rubio y un descaro precoz en la cancha, encabezó al Santos de Brasil en la titánica tarea de enfrentar al Barcelona de Lionel Messi, Xavi Hernández y Pep Guardiola, quizás la máquina de jugar al fútbol más formidable jamás vista.

El resultado de esos 90 minutos fue una consecuencia directa de la lógica deportiva: un inapelable triunfo del Barcelona por 4-0, con dos goles de Messi, quien ya estaba firmemente instalado en el trono del mejor futbolista del planeta. Neymar se rindió en pleitesías hacia el argentino, y lo buscó antes y después del partido para compartir un apretón de manos y un abrazo. Allí nació una amistad que poco después se traduciría en magia en la cancha.

La historia es conocida por todos después de eso: Neymar se fue de Santos al Barcelona en 2013, en una transferencia cuyo valor real todavía es debatido en los tribunales y que le costó la presidencia del club a Sandro Rosell, y en 2014 se le sumó el uruguayo Luis Suárez, para formar un inigualable tridente sudamericano en el ataque blaugrana. Juntos conquistaron todos los títulos posibles en tres temporadas: dos de la liga española, uno de la Liga de Campeones, tres de la Copa del Rey uno del Mundial de Clubes.

Esa sociedad, apodada la “MSN” por las iniciales de cada uno, quedó disuelta el miércoles tras el anuncio del Barcelona de que Neymar anunció su intención de irse del club. Ahora con 25 años, el deslumbrante delantero emprende camino al norte de la frontera española, donde lo aguarda un Paris Saint-Germain que, gracias al capital casi interminable de sus dueños cataríes, parece ser el único equipo del mundo capaz de pagar los 222 millones de euros (262 millones de dólares) de la cláusula de rescisión de la renovación de contrato que el brasileño firmó hace poco más de ocho meses.

“Fue un placer enorme haber compartido todos estos años con vos, amigo @neymarjr”, escribió Messi el miércoles en un mensaje de despedida publicado en su cuenta de Instagram, en el compartió una foto de los casilleros de ambos uno al lado del otro, con sus respectivas camisetas del Barcelona con los números 10 y 11. “Te deseo mucha suerte en esta nueva etapa de tu vida. Nos vemos Tkm”, puntualizó.

Si Messi siente alguna desazón por la partida de Neymar, no lo desnudó en su post. De todas formas, ese no es el estilo del argentino, usualmente reservado ante los medios y el público en general, aunque desde hace unos años bastante más activo en las redes sociales. Una apertura que coincidió, quizás no por casualidad, con el arribo de Neymar, un experto como pocos en el manejo de su marca personal por las redes sociales.

Desde el punto de vista deportivo, la partida de Neymar deja un hueco importante en el ataque del Barsa, cuando faltan poco más de dos semanas para el inicio de la temporada de la liga española en la que Ernesto Valverde debuta como técnico del club catalán tras la partida de Luis Enrique, y en la que Messi y compañía intentan combatir la reciente supremacía del Real Madrid. Hay pocos futbolistas, si es que existe alguno, capaz de reemplazar los regates, velocidad, visión y capacidad anotadora de Neymar.

“Es un jugador fundamental para nuestro equipo”, afirmaba hace dos semanas el presidente del Barsa, Josep Bartomeu, en una entrevista con la AP en la que aseguró que el brasileño no estaba en el mercado. “Ese tridente da miedo a otros equipos, y han hecho grandes temporadas y queremos que siga siendo así”.

Más allá de su buena sintonía en el césped _ donde se entendían casi con los ojos cerrados y solía vérseles juntos en cada entrenamiento_ Neymar, Messi y Suárez parecían compartir un estrecho lazo fuera de la cancha, que inevitablemente se traducía en momentos sublimes en los partidos. Apenas el mes pasado, los tres compartían fotos sonrientes desde la boda de Messi en su ciudad natal de Rosario.

El brasileño Philippe Coutinho (Liverpool), el argentino Paulo Dybala (Juventus) y el francés Antoine Griezmann (Atlético de Madrid) suenan como posibles sucesores de Neymar. Dinero no le faltará al Barsa, que ya advirtió que el PSG tendrá que saldar hasta el último centavo de la cláusula de rescisión. De esa manera, será la transferencia más cara en la historia del fútbol, más del doble de los 105 millones de euros que Manchester United pagó el año pasado a la Juve por Paul Pogba.

El Barsa sabe que, ahora más que nunca, no puede darse el lujo de dejar sin escuderos a Messi, que con 30 años recién cumplidos entra al tramo final de una carrera que difícilmente será emulada. El Messi de 2017 no puede echarse al equipo al hombro por su cuenta, al menos no por una temporada completa.

Y tal vez esa es una de las pistas para descifrar la partida de Neymar, que a todas luces parecía contento con el club y sus compañeros, y se le veía jovial en la reciente gira de pretemporada por Estados Unidos. Puede ser que Neymar ya no quiera estar a la gigantesca sombra de Messi, una supernova que a pesar de su compañerismo y juego usualmente altruista, termina eclipsando a cualquier futbolista que se le pare al lado por el simple brillo cegador de su genialidad.

Sencillamente, Neymar se hartó de esperar por el declive de Messi para ser el eje de su propio equipo, como lo es en la selección de Brasil.

Sin duda el factor económico influyó, y mucho. Más allá del dinero que PSG tendrá que pagar al Barsa, se habla de que Neymar tendrá un salario de unos 30 millones de euros netos por temporada, aproximadamente el doble de lo que recibe actualmente en España.

Ahora Neymar será el macho alfa de una manada que incluye al uruguayo Edinson Cavani, el argentino Angel Di María y el brasileño Dani Alves, otro de sus compinches fuera de la cancha que acaba de llegar al PSG procedente de la Juve, y que habría sido determinante en el cortejo parisino.

“Oh Neymar, no hay ninguna dirección a dónde ir después del Barcelona que no sea en retroceso”, tuiteó el ex delantero inglés Gary Lineker, quien jugó tres temporadas con el Barsa a fines de los 80 antes de irse al Tottenham.

No habrá una “MSN” en el PSG, un equipo que viene de terminar segundo detrás del Mónaco en la última temporada de la débil liga francesa, y que fue humillado por el Barcelona al sufrir una debacle histórica en los octavos de final de la pasada Liga de Campeones. Di María ocupa el mismo extremo izquierdo por el que suele moverse Neymar, por lo que su futuro con el club podría ser incierto.

Julian Draxler, Marco Verratti, Javier Pastore y Blaise Matuidi son otros miembros importantes de un conjunto francés que se achica cuando enfrenta a los grandes de Europa.

Pero si de iniciales de trata, una sugerencia para el PSG.

CNN: Cavani, Neymar y Nadie más.

FUENTE: AP