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De la alegría a la tristeza en el Olímpico

El partido para Honduras en el Estadio Olímpico de San Pedro Sula pasó de la alegría a la tristeza al caer derrotados 1-0 por Panamá en la primera fecha del hexagonal de la CONCACAF.

A eso de la 10 de la mañana (el partido iniciaba a la 2:35 pm) ya habían aficionados dentro y afuera del Olímpico, el ambiente era de fiesta pensando que le pasarían por encima a Panamá. Música, trompetas, vendedores de comida, revendedores de boletos y lindas mujeres adornaban lo que iba a ser el primer partido de la hexagonal.

A eso de la 1:15 de la tarde llegó el bus de la selección de Panamá al estadio y de inmediato Blas Pérez, Felipe Baloy y Román Torres tras pasar por vestidores pisaron el engramado del Olímpico ante la rechifla de los aficionados hondureños y el sofocante sol. Una media hora después, mientras se llenaba el coliseo deportivo donde todo era fiesta, entró a calentar todo el plantel y nuevamente la reprobación del público bajaba de las gradas.

Llego el momento del partido, pero primero los actos protocolares con el himno de Panamá y Honduras. Los jugadores, los no más de 30 aficionados panameños y los directivos de la FEPAFUT cantaron el himno que al finalizar recibió los aplausos de la afición hondureña.

Sorteo de la moneda, algiunas gotas de lluvia y pitazo inicial del cubano Yadiel Martínez. Honduras salió a presionar a Panamá, pero sin llegadas claras de gol, mientras que de Panamá aparecieron las imprecisiones que al final no llegan con mucho peligro a la portería de Penedo que en par de ocasiones llamó la atención a Baloy.

La afición local esperando el primer gol se comenzaba a desesperar, el sol desaparecía, el calor y humedad no era tan alto y todo lo que pitaba el central del partido era reclamado, mientras que Panamá comenzó a tomar la pelota y trató de inquietar la zona defensiva donde se daba el duelo Blas Pérez frente a Maynor Figueroa y Henry Figueroa.

Llegó el minuto 21, le cometen falta a Alberto Quintero cerca del área grande y tiro libre de Panamá. Fidel Escobar toma la pelota y es el encargado de la ejecución con un fuerte remate de pierna derecha que pasa entre la barrera hondureña y toca en uno de ellos lo que descoloca al portero Escober que no puede detener el disparo y era el 1-0 para Panamá que celebró ante un silencio sepulcral en el estadio Olímpico.

El gol afianzó a Panamá que perdió a Luis Ovalle por lesión dándole entrada a Roderick Miller y descontroló a los hondureños que terminaron el primer tiempo sin poder empatar. La salida del árbitro tuvo que ser protegida por la policía ya que aficionados disconformes de su acciones comenzaron a tiras botellas desde las gradas, mientras que por otro tunel salía Panamá a los vestuarios no sin antes tener que protegerse porque también le tiraron bolellas, acción que fue reprobada por Blas Pérez.

Arrancó el segundo tiempo y Honduras otra vez salió a buscar el empate que pudo conseguir en dos remates, pero Jaime Penedo evitó el grito de gol en las graderías con dos excelentes tapadas.

Panamá seguía luchando en todas las líneas y cuando se lo proponía inquietaba a la defensa rival con Cooper, Quintero, Bárcenas y un luchador Blas Pérez que tuvo el 2-0 pero su remate fue muy desviado, mientras que Negrito Quintero también pudo marcar sin embargo su remate no pasó la lídea de gol.

En el banquillo panameño, Bolillo Gómez siempre consultando con sus asistentes, Román Torres y Luis Tejada hasta que explotó el técnico con Godoy y decidió sacarlo haciendo ingresar a Amilcar Henríquez para reforzar la zona de quite de Panamá.

Se acababan los minutos y en los banquillos también se jugaba otro partido, Tejada intercambiando palabras con Amado Guevara (hizo de técnico ante la suspensión de Pinto) y el asistente Panzer Carvajal igualmente hacía su papel contra los hondureños.

Mientras que en las graderías ya no había alegría y comenzaba a notarse la desesperación de los aficionados que reclamaban mala acción de los hondureños, inclusive uno un momento donde hasta salió el Ole, Ole, Ole a favor de Panamá y otros comenzaban a abandonar el estadio.

Cuatro minutos de reposición y nada del gol de Honduras, el árbitro cubano dio el pitazo inicial y Panamá se llevó un importante triunfo por 1-0 de territorio hondureño.

El partido había terminado, pero los árbitros y los jugadores panameños que habían rezado en el centro de la cancha dando gracias por el triunfo, tuvieron que esperar más de 25 minutos para entrar a zona de vestuarios. 

Los árbitros fueron los primeros en salir y la lluvia de botellas no se hizo esperar de parte de algunos aficionados que aún quedaban en las graderías, mientras que los jugadores panameños tuvieron que estar atentos mirando hacia las gradas para no ser golpeados por lo que lanzaban.

Tras este mal momento, los seleccionados tras dar entrevistas en zona mixta tomaron el bus que los llevó de vuelta al hotel donde los esperaba la comida y el descanso tras el deber cumplido en la primera fecha del hexagonal de la CONCACAF.




FUENTE: Arturo Bolvarán C.