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Super Bowl: Gore y Rice, el duelo de running backs

NUEVA ORLEANS, Luisiana, EE.UU. (AP). Ray Rice sólo ha sabido de ganar desde que debutó en la NFL.

Frank Gore, en cambio, ha tenido que esperar algo más.

Dos running backs de estilos y antecedentes diversos se enfrentan en este Super Bowl, pero comparten algo en común: un profundo respeto hacia el otro.

"¿Todo lo que ha tenido que superar? Es un guerrero", dijo Rice, el acarreador de los Ravens de Baltimore. "Me quito el sombrero ante Frank".

Gore, lí­der de acarreos de los 49ers de San Francisco, también se despachó con elogios.

"Puede hacer de todo. Me fascina verlo jugar", dijo Gore sobre su contraparte de los Ravens. "Sabí­a que brillarí­a en la liga desde que lo veí­a en sus tiempos de universidad".

Y son talentos, aunque los dos han tenido que transitar por senderos muy distintos para llegar a la cita del domingo en Nueva Orleáns.

De 29 años, Gore sufrió la muerte de su madre (enfermedad renal) y una seguidilla de lesiones que hubiesen provocado que cualquier otro se rindiera. Sufrió desgarros en ambas rodillas cuando jugaba con la Universidad de Miami, lo que le hizo cuestionar su futuro en el deporte. Pese a las dudas, los 49ers le seleccionaron en el draft. Pero debió someterse a intervenciones quirúrgicas en ambos hombros tras su temporada de novato. Y se perdió parte de otra temporada por una lesión en la cadera.

Para colmo, a Gore le tocó formar parte de equipos mediocres con los 49ers. Equipos muy malos. En sus primeros seis años en la NFL, los 49ers ni siquiera pudieron conseguir un récord positivo. Esto fue especialmente duro para Gore, al considerar que se habí­a acostumbrado a las victorias sin cesar en Miami.

"Fue muy difí­cil, realmente difí­cil", dijo Gore. "Algunos compañeros _que ya no están con nosotros_ reaccionaban indiferentes a la derrotas. Yo no estaba acostumbrado a eso. Si perdí­amos un partido en Miami, era como si nuestra temporada habí­a terminado".

Uno de sus compañeros, el fullback Bruce Miller, resalta la determinación que se palpa en la mirada de Gore rumbo al duelo del domingo.

"Esto tiene mucho significaod para él", dijo Miller. "En las reuniones y entrenamientos se puede apreciar su intensidad, su concentración. Ha trabajado duro para esto".

En el caso de Rice, el camino al Super Bowl fue más sencillo.

Procedente de Rutgers y seleccionado en el draft de 2008, Rice se encontró con unos Ravens que se han clasificado a los playoffs en cada temporada. Esta temporada finalmente lograron alcanzar la máxima cita tras sorprender a Nueva Inglaterra en la final de la Conferencia Americana.

"He sido bendecido y he tenido mucha suerte", dijo Rice.

Rice es un running back de puro vértigo, capaz de aprovechar el mí­nimo descuido para escaparse y conseguir grandes ganancias. Ha superado las 1.000 yardas en cuatro años seguidos y también es valioso para el juego aéreo con más de 60 pases atrapados en cada una de esas campañas.

En un partido en San Diego el pasado noviembre, protagonizó una de las jugadores más memorables de 2012. Con los Ravens abajo por tres puntos y en cuarta oportunidad y 29, Rice atrapó un pase en la lí­nea de golpeo, esquivó a tres defensas, supo superar una tacleada que hubiese asegurado la victoria para los Chargers y avanzó con lo justo por el primer down con una ganancia de 30 yardas.

Los Ravens anotaron con un gol de campo para empatar el partido y luego se impusieron en tiempo extra.

Gore es un corredor que impone su voluntad con fuerza, que subyuga tacleadas para sumar yardas. Ha superado las 1.000 yardas en seis de las últimas siete temporadas, convirtiéndose en el lí­der histórico de los 49ers en cuanto a touchdowns en acarreos.

"Siempre le damos el crédito a Frank por conseguir las yardas más difí­ciles", dijo Miller. "No va por las fáciles. Va por todo el medio, tres o cuatro yardas por acarreo. Pero empuja las cadenas. Por eso estamos aquí­".

FUENTE: Agencia AP

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