BARCELONA, España (AP) — Barcelona, vigente campeón europeo y máximo favorito para coronarse nuevamente, tratará de sacudirse la derrota del fin de semana en el clásico ante Real Madrid al recibir el martes al Atlético de Madrid en el arranque de los cuartos de final de la Liga de Campeones.
Esos incluían la Champions, donde los azulgranas no pierden como locales desde que el Bayern Munich les venciera por 3-0 en 2013. Pero el Atlético se antoja un rival temible, que ya rozó la gloria en la final continental de hace dos temporadas, perdida en la prórroga ante el vecino Madrid, y que alcanza la actual cita con la moral reforzada tras golear 5-1 al Betis en el la liga, donde escolta al Barsa, seis puntos abajo.
El cuadro catalán es claro dominador del nuevo siglo, en que ha levantado cuatro de sus cinco títulos europeos, y cuenta con el as en la manga que supone el argentino Lionel Messi, ya con cinco galardones del Balón de Oro en su palmarés. El tridente que forma junto al uruguayo Luis Suárez y el brasileño Neymar ha firmado 107 goles en lo que va de temporada y recopila elogios por su capacidad para solventar los partidos más peliagudos, como demuestra el hecho de que los dos últimos marcaran en la pasada final continental, ganada por 3-1 a la Juventus.
Pero ninguno de los tres fue capaz de perforar el arco del Madrid en el más reciente clásico. Messi concretamente no ha celebrado gol en sus últimas dos apariciones, y sí por algo destaca el Atlético es su capacidad para poner el cerrojo defensivo, especialmente a domicilio.
Jan Oblak, su imponente arquero, resultó clave en la anterior eliminatoria de octavos ante el PSV Eindhoven, solventada en la tanda de penales tras sendos 0-0.
El técnico argentino Diego Simeone no pondrá contar con el central uruguayo José Giménez, con problemas musculares, mientras que su compatriota y compañero de línea Diego Godín finalmente recibió el alta médica. La baja prolongada del primero supone un serio contratiempo para un equipo que se arma desde atrás e incluso golea gracias a sus defensas, poderosos a balón parado.
La pizarra de Simeone la pondrá nuevamente a prueba su homólogo Luis Enrique, quien ha ganado sus seis enfrentamientos con el timonel bonaerense. Pero el asturiano quedó señalado tras la derrota ante el Madrid, un mal partido de los azulgranas que siguió al homenaje del club al fallecido ex futbolista y entrenador Johan Cruyff.
"Los jugadores no son máquinas. Hacía tiempo que no nos acordamos de lo que era perder. Esperemos que sirva de estímulo. Soy optimista. El equipo es totalmente fiable", arengó Luis Enrique el lunes, previo al descarte del lateral Aleix Vidal por una elongación en la pierna derecha.
Arropado por el factor intimidante de su tridente, el Barsa se ha ido alejando paulatinamente del fútbol-control que pregonó en su día Cruyff y que le permitió levantar su primera Copa de Europa en 1992. El vértigo de la época más reciente le ha supuesto grandes alegrías pero también algún mal trago como el revés en el clásico, que de paso ha revitalizado la pelea por la liga a falta de siete fechas para el final, así como alimentado las esperanzas del Atlético en la Champions.
"No necesitamos ningún toque de atención ni tenemos ninguna duda. Tenemos un equipazo, somos favoritos, y vamos por el triplete. Será el Barsa de las grandes noches", aseguró el central Gerard Piqué.
Sí los barcelonistas ya tienen claro quien integrará su delantera, también Simeone adelantó que Fernando Torres formaría en el once por los rojiblancos, junto a Antoine Griezmann y cuatro centrocampistas, entre ellos el extremo Yannick Carrasco, rehabilitado de sus molestias de tobillo.
El calendario aprieta a ambos conjuntos, con la vuelta programada para el siguiente miércoles en Madrid, y exigentes cruces ligueros entremedio: el Atlético el en cancha del Espanyol el sábado, mismo día en que el Barsa visitará a la Real Sociedad.
Antes, los azulgranas esperan haber logrado su 11ra victoria seguida local en Europa, acercándose a una de la mejor cifra continental que ostenta el Manchester United desde 2008. Un triunfo significaría también medio boleto a las semifinales de Champions, fase de la que el Barsa solo se ha ausentado en una de sus pasadas ocho ediciones.
Fue en 2014, la última vez que la alcanzó el Atlético tras eliminar precisamente en cuartos al equipo catalán, camino de una final que dejó a los colchoneros con el agridulce sabor de proeza inacabada.
FUENTE: AP