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Después de lesión, Posada trata seguir vigente como catcher

NUEVA YORK (AP). Jorge Posada ha tenido que asumir una realidad en su 15ta temporada en las Grandes Ligas con los Yanquis de Nueva York: acostumbrarse a ser sacado de un juego en los innings finales por cuestiones defensivas, sobre todo si el resultado del mismo no está definido.

Fue algo que ya ocurrió cuando el manager Joe Girardi decidió que José Molina jugase en la receptorí­a en un partido contra Cleveland con la pizarra 1-1.

Posada viene de una operación en el hombro derecho que el año pasado provocó su primera incapacidad en las mayores y lo limitó a sólo 51 juegos.

"La operación me dio tiempo suficiente para estar listo", dijo Posada el martes en una conferencia de prensa con medios latinos. "Debo reconocer que no estoy al 100%, pero estoy cerca de llegar a ese nivel".

Posada ha comenzado el año bien con el madero con un promedio de .256, con tres jonrones y 12 carreras remolcadas. Los Yanquis necesitan su aporte ofensivo ante la ausencia de Alex Rodrí­guez, quien recién en mayo estará en condiciones de incorporarse a la alineación.

El puertorriqueño conectó el primer jonrón en el nuevo Yankee Stadium y es el lí­der en impulsadas del equipo.

Pero hay una faceta en la que los Yanquis prefieren tener a su compatriota Molina detrás del plato, al considerar que Posada es endeble para evitar el robo de bases.

Su porcentaje de corredores sorprendidos en robo es de 29% de por vida frente al 42% de Molina. Posada ha puesto out a cuatro peloteros de cada 10 en lo que va de este año y Molina ha pillado a dos de cuatro.

Sobre el juego ante los Indios de la semana pasada, Posada reconoció plenamente el motivo del cambio: "Me sacaron porque vení­a la alineación rápida de Cleveland".

Fue un plan que Girardi le avisó desde la temporada que se iba a aplicar para los innings finales, pero no significa que Posada vaya a renunciar tan fácilmente.

"Estamos empezando y con el paso de la temporada, el brazo va a coger más fuerza y tendré más confianza", dijo.

Tampoco ocultó su fastidio cuando le preguntaron si ahora pide más rectas a los lanzadores para evitar los robos.

"Eso es algo que no hago. Yo pido la bola para sacar el out", sostuvo.

Girardi ha dicho que no quiere exigir mucho a Posada tras la lesión seria que padeció, sino que más bien lo quiere llevar de a poco. "A nosotros nos importa el resultado al final del año y no el primer mes", afirmó el piloto. "Todos sabemos que Jorge es muy competitivo, pero le necesitaremos para todo el resto de la temporada".

Con 37 años encima y una operación que le hizo poner su carrera en perspectiva, Posada ahora valora más el ser el catcher de los Yanquis.

Posada está en el segundo año de un contrato de cuatro, uno con un salario promedio por encima de los 13 millones de dólares y que le convirtió en el receptor mejor pagado de la historia.

"Tengo tres años y quiero ser el catcher de los Yanquis en lo que me queda de contrato", manifestó. "Me encanta estar detrás del plato y estar a cargo".

"No se sabe lo que se tiene y por poco lo perdí­ el año pasado", añadió.

También toma con modestia el que su nombre esté firmemente incrustado en la historia del equipo, junto a legendarios antecesores como Yogi Berra, Elston Howard, Thurman Munson y Bill Dickey. Con 1.391 juegos como catcher, Posada figura tercero en la lista histórica del club sólo por detrás de Dickey (1.708) y Yogi Berra (1.695).

"Siempre me digo como que no pertenezco, como que ellos son inmortales", dijo. "Se me paran los pelos cuando me mencionan junto a ellos".

¿Y qué tal pasar a otra posición como la primera base?

Tal opción es algo que no asoma en sus planes por más que ya ha jugado dos veces en la inicial este año y practica a menudo defender ahí­.

"Con este equipo, lo dudo. La primera base no será una alternativa para mí­", declaró sin perder de vista que los Yanquis contrataron a Mark Teixeira por ocho años y más de 180 millones de dólares.

FUENTE: Agencia AP

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