Apenas 24 horas antes de que Brasil y Perú se jueguen la Copa América, Argentina y Chile protagonizaron este sábado un choque áspero por el tercer puesto, que acabó con Lionel Messi expulsado y el triunfo para la Albiceleste por 2-1.
A diez minutos para el descanso, después de que jugadores de los dos equipos dieran muestras de la gran rivalidad existente entre los finalistas de las dos ediciones precedentes de la Copa América (2015 y 2016), Messi y Gary Medel lucharon por un balón que se perdía por la línea de fondo.
El chileno se quejó de un empujón de Messi y ambos jugadores se encararon, quedando cabeza con cabeza. Según las imágenes de televisión, Medel trató de dar un cabezazo en dos ocasiones a Messi, que se retiró para no ser golpeado.
Sin embargo, el árbitro paraguayo Mario Díaz de Vivar expulsó a los dos jugadores, una decisión que desencadenó protestas y una trifulca entre los componentes de ambos equipos.
Es la segunda expulsión de Messi en toda su carrera, ambas con Argentina. La primera fue en su debut con la Albiceleste, en 2005 contra Hungría, cuando poco después de saltar a la cancha lanzó un codazo para zafarse de un contrario.
En esos momentos, Argentina ya dominaba por 2-0, con goles de Sergio Agüero (12) y de Paulo Dybala (22), que al fin fue titular con la Albiceleste y dejó muestras de la calidad que exhibe semanalmente con la Juventus.
Casi a la hora de juego, Chile recortó por medio de Arturo Vidal, que transformó un penal, pero el aún bicampeón americano no pudo forzar el empate y la tercera plaza fue para Argentina.
- "Nos sacaron algo" -
La expulsión de Messi llega cuando aún resonaban las duras críticas de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) por "los graves y grosero errores arbitrales" del ecuatoriano Roddy Zambrano en la semifinal contra Brasil.
"Cuanto más pasa el tiempo, más nos damos cuenta que nos sacaron algo", declaró Scaloni en la previa.
Ajenos a todas estas polémicas, Brasil y Perú ya preparan en Rio la gran final de la 46 edición del torneo de selecciones más antiguo del mundo.
Los anfitriones aparecen como claros favoritos, ya que dominan a sus rivales en el histórico de ambos (31 triunfos brasileños por 4 derrotas y 9 empates) y las casas de apuestas apenas pagan por el triunfo local, mientras que los apostantes pueden multiplicar por 10 sus ganancias si confían en los peruanos.
Brasil, además, jamás ha perdido una Copa América en casa, que la organizó en 1919, 1922, 1949 y 1989, y espera que esta ocasión no sea la excepción. Perú, en tanto, vuelve a una final de este torneo después de 44 años.
Y el portero brasileño Alisson Becker acumula 846 minutos imbatido (más de nueve partidos contando competiciones de clubes y selección) y si Brasil vence sin recibir goles, sería la primera vez en la historia que la Canarinha logra el título continental con la valla invicta.
Perú, por su parte, contará con el acicate de volver a levantar la Copa, que sería la tercera en su historia (tras las de 1939 y 1975).
"No va a ser nada fácil para ninguna de las dos selecciones. Llegamos bien, estamos preparados para ganar. Perú está en condiciones de ambicionar un título", advirtió este sábado el seleccionador peruano Ricardo Gareca.
- Tomárselo con serenidad -
La ilusión generada en el país incaico llevó al Ministerio de Salud a reclamar el viernes a los peruanos que se tomen con serenidad el partido.
Algo difícil teniendo en cuenta que se han agotado los vuelos para viajar de Perú a Brasil, pese a que en los últimos días se ha doblado el precio con respecto a lo habitual, alcanzando los 1.500 y 1.800 dólares por pasaje.
Las autoridades explicaron que 12.100 personas han viajado a Rio para asistir a la final, aunque entre ellas no figurará el presidente del país, Martín Vizcarra, que declinó la invitación de la Conmebol y verá el encuentro por televisión.
Por otro lado, la Coordinadora de Empresarios de Gamarra, el famoso emporio textil limeño, anunció que espera vender un millón de camisetas blanquirrojas este fin de semana.
De cual impresionar a los brasileños. "Brasil es favorito, pero Perú no le teme a nadie", advirtió el viernes el exfutbolista Cafú, dos veces campeón del Mundo y otras dos de América.
Pese al precedente del 5-0 en el cierre de la fase de grupos, los brasileños no se confían: "Va a ser una gran final, un juego muy difícil, no podemos pensar que ya ganamos, hay que jugar", declaró el volante Casemiro desde la Granja Comary, el lugar en el que la Seleçao prepara la gran final.
FUENTE: AFP