El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, se pronunció este viernes en favor de una "pausa" en el campeonato de fútbol después de la muerte de un aficionado y de los cánticos racistas contra un jugador el miércoles por la noche en Milán.
"Estoy realmente consternado al descubrir, y no es la primera vez, que una manifestación deportiva pueda ser ocasión para enfrentamientos violentos", añadió, después de que un aficionado del Inter falleciese tras ser golpeado por un vehículo en el marco de un ataque perpetrado por un centenar de ultras contra aficionados del Nápoles.
A la vez, calificó de "muy graves" los gritos de mono proferidos por 'tifosi' milaneses contra el defensor senegalés del Nápoles Kalidou Koulibaly.
Conte quiere ahora reunirse con el ministro encargado del Deporte "para ver si se pueden endurecer las penas (...). Hace falta una reacción contundente por parte de todos".
Por el momento, la Federación italiana infligió una sanción de dos partidos a puerta cerrada al Inter, un castigo más rápido y severo de lo habitual.
Matteo Salvini, ministro de Interior y hombre fuerte del gobierno (extrema derecha), mostró el viernes su oposición a este tipo de medidas, que "condenan a los verdaderos 'tifosi', a millones de personas que tienen derecho a seguir a su equipo y que no deben ser confundidas con algunos delincuentes que circulan con un cuchillo en el bolsillo".
Salvini aseguró que los partidos de riesgo no se volverán a jugar por las noches "sino a la luz del día, a mediodía, a las 15h00, con helicópteros de policía que puedan controlar a los delincuentes".
"El fútbol no debe ser más rehén de las televisiones y de intereses económicos, es necesario un poco menos de negocio y un poco más de valores", añadió el dirigente, aficionado al AC Milan, criticado hace diez días por saludar a un líder ultra del club lombardo condenado por tráfico de droga.
FUENTE: AFP