Logró la mayor proeza de su carrera, superar la tercer ronda de un Grand Slam y no en cualquiera lugar sino sobre la hierba inglesa. El argentino Guido Pella no ha venido "de paseo" al lugar "donde se creó el tenis".
Para Pella, "estar por primera vez en octavos de final de un Gran Slam, en Wimbledon, en una superficie en la que ningún argentino juega, donde solo tenemos la posibilidad de hacerlo un mes al año" es realmente "algo que no cambio por nada".
"Mi adaptación al pasto todos los años viene siendo un poquito mejor, así que eso me da la pauta de que puedo seguir jugando bien y de que es una superficie en que más que para venir de paseo puedo ganar buenos partidos", consideró.
Ascendido recientemente al número 26 del mundo, el argentino necesitó dos horas y media, mucho ingenio y toda su energía para imponerse al sudafricano, un jugador muy alto y con un servicio peligrosísimo.
"Mi idea era devolverle la mayor cantidad de saques posibles, no importa si no entraba mi devolución, pero que él sintiera que yo iba a poner la raqueta en todos los saques y que eso le iba a generar a la larga una presión", obligándolo a sacar cada vez con más fuerza, explicó.
"Creo que hubo por lo menos seis o siete saques que en otro momento por ahí eran ace y yo lograba pegarle con el marco o pegarle con la punta de la raqueta y pasaban" y "eso en la cabeza de un sacador le hace mucho ruido y le hace daño".
Luego fue perfeccionando su estrategia. Así, tras notar que el sudafricano tenía mejor revés que derecha, Pella, que es zurdo, abundó sobre el drive paralelo para obligar a Anderson a jugar su revés.
- Totalmente concentrado -
Jugar en la pista central de Wimbledon impresiona. "No es cualquier cosa", reconoce el bahiense que al principio sintió bastante presión, pero logró mantener la sangre fría y concentrarse al 100%.
"Podía haber venido la reina de Inglaterra y yo iba a seguir enfocado en el partido", afirmó.
Hace apenas unos meses, Pella pensaba que rondando los 29 años no iba a ganar ya nada y se sentía negativo. Sin embargo, en marzo levantó en San Pablo su primer trofeo de la ATP y todo cambió.
"Fue algo muy positivo para mi mente", asegura, porque sentí que "mi vida no iba a ser una especie de calvario como venía siéndolo".
Más centrado mentalmente, empezó a subir rápidamente puestos en la clasificación mundial y a jugar más relajado, algo que se vio en la primera semana del Grand Slam de Londres, un lugar que le merece especial respeto porque "es donde se creó el tenis".
"Me encanta el US Open", afirma, "pero si me das a elegir entre US Open y Wimbledon, dame Wimbledon toda la vida".
En octavos se enfrentará al canadiense Milos Raonic, décimoquinta raqueta del mundo, un tenista acostumbrado a los partidos importantes y a jugar sobre hierba, pero el argentino piensa que puede utilizar la experiencia ganada en la tercera ronda para intentar imponerse.
"Sé que tengo que hacer un partido como el de hoy con un rival que saca durísimo, que saca muy fuerte", admite, pero "lo bueno que me haya tocado Anderson hoy es que tengo una pauta de lo que me va a venir el lunes".
Y está dispuesto a disfrutar este momento al límite.
"Es una oportunidad linda de poder estar acá, que uno nunca sabe si va a poder volver a estar en esta situación".
FUENTE: AFP