Al frente de la selección de Italia Femenina desde 2017, Milena Bertolini ha ido consolidando gradualmente una idea de juego basada en la calidad y en la circulación de la pelota, y ha depositado su confianza en las veteranas jugadoras que la acompañaron en los momentos más importantes y ahora buscarán brillar en el Mundial Femenino 2023.
El dibujo más utilizado por Bertolini es un 4-3-3 cuyos pilares principales son la capacidad creativa de Manuela Giugliano en la medular y la garra de Rosucci. La alternativa es un 4-4-2 en el que Giacinti acompaña a Girelli en ataque y se imprime un mayor empuje por las bandas.
Tras la Copa Mundial Femenina de la FIFA Francia 2019, el paso del tiempo fue dejando claro que Italia necesitaba un relevo generacional que permitiese complementar a las jugadoras más experimentadas con talento joven, lo que para Bertolini se hizo más evidente si cabe después de la Eurocopa de Inglaterra 2022, un certamen donde Italia no pasó de la fase de grupos y que supuso un brusco frenazo en los planes de la seleccionadara, que recibió críticas por confiar en un plantel demasiado parecido al de la cita francesa de tres años antes.
Entretanto, el nivel de la Serie A se ha incrementado y el grupo de jugadoras del Roma se afianza en la selección en una temporada en la que el conjunto capitalino está dominando el campeonato de liga. Futbolistas como Greggi, Serturini y Glionna han ido ganando protagonismo en el combinado nacional, mientras que también Lenzini, Bonfantini y Di Guglielmo han pasado a contar con más minutos.