Durante seis innings y medio, los Medias Blancas de Chicago y los Guardianes de Cleveland jugaron un partido de béisbol relativamente normal. Un deslizamiento en la segunda base cambió las cosas en el encuentro de MLB.
Así comenzaron unos 10 minutos de hostilidades en el Progressive Field, durante los cuales se vaciaron los bullpens y las bancas.
Después del enfrentamiento inicial, Anderson empezó a discutir con otro integrante de los Guardianes, desatando otra ronda en la lomita en la que el manager de los Medias Blancas, el boricua Pedro Grifol, se encaró con el dirigente de los Guardianes, Terry Francona, y el coach de la banca DeMarlo Hale mientras los fanáticos en el Progressive Field cantaban “José, José, José”.
Hubo un momento en el que el jardinero dominicano de los Medias Blancas, Eloy Jiménez, se alejó del tumulto cojeando, mientras que Anderson tuvo que ser cargado por su compañero Andrew Vaughn y sacado del terreno. El cerrador quisqueyano de Cleveland, Emmanuel Clase, tuvo que ser sujetado por sus compañeros de equipo Noah Syndergaard y David Fry. En ese momento, los dos equipos empezaron a darse de gritos nuevamente.
El pleito se desató por tercera vez cuando el coach de la tercera base de los Guardianes, Mike Sarbaugh, intercambió palabras con los instructores de los Medias Blancas.
Cuando se calmaron las cosas, Ramírez, Anderson, Grifol, Francona, Sarbaugh y Clase fueron expulsados. El abridor de los Medias Blancas, Michael Kopech, no fue expulsado, pero fue sacado del partido luego de permitirle un hit al dominicano Óscar González en el primer turno al bate después de la riña.
Cleveland agregó otra carrera en la entrada con un sencillo de Kole Calhoun, antes de que Bryan Shaw lograra que Brayan Rocchio bateara para una doble matanza que le puso fin al inning.
FUENTE: MLB