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Si su era con los Yanquis terminó, Posada lo hizo con clase

NUEVA YORK (AP). Jorge Posada pudo hablar sobre lo doloroso de perder en casa una serie de playoffs y hasta reconocer el mérito del rival.

Pero hubo una pregunta que hizo que el puertorriqueño de 40 años no pudiese contener la emoción.

¿Algún recuerdo en especial sobre 16 años con los Yanquis?

"Eso no lo puedo contestar. Lo dejé todo en el terreno", dijo Posada con la voz entrecortada. Entonces se puso las manos para ocultar las lágrimas y se retiró a las duchas.

La 16ta temporada de Posada con los Yanquis _el único equipo con el que jugó en las mayores_ fue una a la que la descripción de traumática le queda corta, pero la parte final de la misma no pudo ser más digna y productiva.

Posada conectó seis hits en 14 turnos (.429) con cuatro boletos en los cinco juegos contra los Tigres de Detroit en la serie divisional, incluyendo su primer triple en la postemporada.

Campeón en cinco Series Mundiales, Posada se desempeñó con una tenacidad excepcional durante la serie: "Jugó como si tuviese 26 años durante los cinco juegos", comentó su compañero Alex Rodrí­guez.

Su futuro con los Yanquis es incierto, ya que su contrato expiró y posiblemente el equipo no le ofrezca otro. Si quiere seguir activo, Posada tendrí­a que buscar otro destino.

El manager Joe Girardi resaltó la garra de Posada.

"Ha tenido una trayectoria excepcional. Lo que tuvo que pasar este año y lo que nos aportó en la postemporada. Creo que jamás me he sentido tan orgulloso de Jorge", dijo Girardi.

Y vaya que pasó por cosas, particularmente al encontrarse con la cruda realidad de un papel secundario.

_Llegó a la pretemporada y le dijeron que ya no serí­a utilizado como receptor, sólo de bateador designado, luego de ser el titular indiscutible durante toda su carrera. Sólo estuvo tras el plato una vez y fue por una emergencia.

_La transición fue difí­cil y alcanzó su punto de ebullición en mayo. Al ver que lo habí­an puesto noveno en el orden al bate, pidió que le sacasen de la alineación. Tuvo que disculparse.

_Al final de la campaña, le cedió el puesto de designado a Jesús Montero, el cotizado prospecto venezolano. Sus turnos se vieron limitados a enfrentar a lanzadores derechos.

Pero un buen cierre en septiembre le sirvió para ganarse un puesto en el roster de postemporada.

"No sé que va a pasar ahora", respondió sobre su futuro.

Su adiós reducirí­a a dos el llamado cuarteto de pilares de los Yanquis que subió de las menores en los 90. Derek Jeter y Mariano Rivera son los otros dos que siguen, ya que Andy Pettitte se retiró el año pasado.

"Es difí­cil saber que después de tantas temporadas, quizás no pueda ver a Jorge con el mismo uniforme", dijo el panameño Rivera. "Lo voy a extrañar, pase lo que pase".

FUENTE: Agencia AP

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