LAS VEGAS (AP). La imagen es tan sublime como brutal, un ejemplo de la contradicción que es el boxeo. Lucas Matthysse conecta un perfecto gancho de izquierda a la nariz, un golpe que empieza a convertirse en sello de marca, y Lamont Peterson cae de espaldas a la lona, con todo el peso de su cuerpo.
Ese fue el desenlace de la más reciente pelea del oriundo de la provincia de Chubut, en la Patagonia argentina, un libreto similar a los 32 nocauts que ha propinado en sus 34 peleas ganadas, con sólo dos polémicas derrotas por decisión dividida contra Devon Alexander y Zab Judah.
Matthysse está a punto de presentar su espectáculo del nocaut en un escenario de primera, cuando protagonice el sábado contra el invicto Danny García la pelea semiestelar de la cartelera encabezada por Floyd Mayweather Jr. y Saúl "Canelo" Alvarez, uno de los combates más publicitados y lucrativos en la historia.
Se trata de una oportunidad única para el junior welter de 30 años, que busca las coronas del CMB y la AMB de García (26-0, 16 nocauts).
"Es emocionante, una oportunidad muy buena estar aquí en semejante evento", comentó el jueves Matthysse, cuyo hablar pausado y actitud calmada ocultan la fiera que sube al cuadrilátero. "Es una oportunidad muy grande para representar a mi país, y estoy muy orgulloso".
Matthysse afirmó que no saldrá en busca del nocaut, pero sí de presionar a su oponente que le ganó dos veces al veterano Erik Morales, además de Judah y Amir Khan, en sus cuatro últimos combates.
"Voy a salir a buscar la pelea, como siempre", resumió Matthysse, quien asegura haber redondeado su arsenal para no depender únicamente de la potencia. "He crecido mucho, he aprendido y soy un mejor peleador. Sigo peleando con la misma intensidad, pero con más agresión".
El argentino probablemente también enfrenta al mayor reto de su carrera, ante un García veloz y capaz de irse al toma y dame con cualquiera.
Y aunque Matthysse es el que noquea a más del 86% de sus oponentes, García tiene potencia en los guantes y ha demostrado que posee la quijada para aguantar castigo.
"Ya veremos qué tan bien aguanta un golpe", apuntó García, nacido en Filadelfia de padres puertorriqueños. "Hay que estar preparado (para recibir un golpe), pero él también".
García, de 25 años, exhibe enorme confianza, al igual que su padre y entrenador Angel, quien lanzó una larga diatriba contra el argentino y sus fanáticos en sus minutos en el micrófono.
"Hago todo mejor que él", sentenció García. "El pega bien, pero se trata de usar el poder de la manera correcta. Creo que yo conecto mejor mis golpes", analizó.
FUENTE: Agencia AP