DUBAI, Emiratos Arabes Unidos (AP). Para los acosados gobernantes de Bahrein, el retorno de la carrera de Fórmula Uno representa la oportunidad de restablecer su credibilidad en el concierto mundial en medio de los enfrentamientos más prolongados de la llamada Primavera Arabe.
Pese a las exhortaciones de grupos defensores de los derechos humanos y las presiones de los opositores, entre ellos un activista preso que cumple huelga de hambre, parece que los antecedentes de Bahrein de suministrar ganancias lucrativas se han antepuesto a cualquier reacción negativa para las relaciones públicas.
"Bahrein ha sido muy positivo para la Fórmula Uno, y por este motivo es difícil romper los vínculos", explicó Caroline Reid, de Formula Money, una organización independiente con sede en Londres que estudia la industria de la F1.
El automovilismo deportivo presentó carreras en Sudáfrica durante el "apartheid" y se expandió a China pese a críticas sobre la situación de los derechos humanos en ese país. Pero el año pasado fue la primera vez que se abandonó una competencia de F1 debido a inestabilidad política y a preocupaciones por la seguridad.
Fue una gran victoria para la oposición chií en Bahrein, que busca quebrar lo que en la práctica equivale a casi un monopolio de poder de la dinastía suní gobernante. Cerca de 50 personas han muerto en hechos de violencia desde febrero del 2011, y la otrora vibrante economía de la nación insular decayó significativamente debido al desbande de empresas y trabajadores extranjeros.
Pero los expertos de la F1 dicen que la agitación ha tenido poco efecto sobre patrocinadores y emisoras.
Todavía cabe la posibilidad de que algunas compañías rompan sus vínculos con escuderías de la F1 por correr en Bahrein. Pero hasta ahora no hay evidencia de que las denuncias de abusos a los derechos humanos en la isla hayan mermado la enorme audiencia televisiva mundial de más de 500 millones de personas anuales, dijo Reid.
"Es esta exposición la que es crucial para la F1", afirmó Reid. "A menos que los aficionados empiecen a desaparecer, los patrocinadores se mantendrán en el deporte".
Bahrein fue el primer país del Oriente Medio en aceptar la F1 en el 2004. La dinastía gobernante de Al Jalifa es entusiasta del deporte y el fondo soberano de la nación, Mumtalakat, es propietario del 50% del equipo puntero McLaren.
"No hay duda de que el Gran Premio de Bahrein es lucrativo, porque de otro modo sería difícil explicar por qué (el mandamás de la F1) Bernie Ecclestone insistió tanto en regresar allí", comentó Sean Ennis, profesor de comercialización deportiva en la Universidad de Strathclyde en Glasgow, Escocia.
Reid dijo que muy pocas carreras de F1 obtienen ganancias y que Bahrein, al igual que la mayoría de los escenarios de los grandes premios, ha aprovechado el deporte para proyectarse y asociarse con "glamour, alta tecnología y compañías de acciones preferenciales".
La exposición que los patrocinadores obtienen en Bahrein es superior a la de carreras tradicionales como Mónaco, Gran Bretaña, Alemania, Italia y Bélgica, según Reid.
La anterior carrera en el reino hace dos años produjo una exposición televisiva por valor de 90,4 millones de dólares para las marcas avisadoras. Representa un 16% superior a los 78 millones que cada carrera obtuvo como promedio en el año calendario 2010, agregó Reid, autor del informe anual del grupo.
Los opositores y los grupos de derechos humanos sostienen que llevar a cabo la carrera en Bahrein dará legitimidad internacional a la monarquía y a su represión. Cientos de personas han sido detenidas y juzgadas en secreto. Ocho figuras prominentes de la oposición han sido sentenciadas a cadena perpetua acusadas de tratar de derrocar el régimen.
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El periodista de Associated Press Reem Khalifa en Manama, Bahrein, contribuyó a este informe.
FUENTE: Agencia AP