Además de las consecuencias que tiene de por sí un Clásico, la victoria del Real Madrid sobre el FC Barcelona el pasado fin de semana evidenció problemas en ambos equipos a resolver este fin de semana, como las diferencias entre Vinicius y Xabi Alonso, y el bajo rendimiento de los pupilos de Hansi Flick.
Los gritos de enfado, las amenazas con marcharse del equipo -el jugador está en plena negociación de renovación de su contrato- y su marcha directa hacia el vestuario, mientras miraba al banquillo de Alonso, manifestaron el malestar del brasileño contra su entrenador.
Unos problemas entre jugador y entrenador que, según la prensa española, se remontarían hasta el pasado Mundial de Clubes de junio y julio.
Pero el miércoles, después de dos días de descanso, los dos implicados hablaron, tal y como declaró Alonso en su rueda de prensa posterior, para solucionar el asunto antes de recibir el sábado al Valencia.
Más allá del resultado, independientemente del cual el Real Madrid tiene asegurado seguir siendo líder, la grada estará expectante de una posible reconciliación entre aficionados, jugadores y, sobre todo, técnico con el atacante brasileño.
Un FC Barcelona tocado por las lesiones
Sin embargo, el gran damnificado fue el FC Barcelona, que diezmado por las numerosas bajas -Joan García, Marc-André ter Stegen, Raphinha, Gavi, y ahora Pedri- y las recientes incorporaciones tras sus lesiones de Lamine Yamal, Robert Lewandowski y Dani Olmo, atraviesa un momento crítico de juego.
Las molestias de pubalgia que afectan a Yamal, la estrella del conjunto azulgrana, están pasando factura como muestran sus escasos intentos de desbordamiento en el ataque.
Su entrenador, que llevó al equipo al triplete doméstico la pasada temporada, debe demostrar una vez más su calidad como entrenador y reactivar a una plantilla que acusa la falta de pegada y contundencia defensiva.
Ante el Elche el domingo en Montjuic, el Barça (22 puntos) no podrá fallar para seguir la estela del Real Madrid en la tabla.
FUENTE: AFP



