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Federer, a demostrar en Australia que sigue siendo un rival temible

MELBOURNE (AP). Roger Federer no está dispuesto a concederle el adjetivo de favorito a Andy Murray sino hasta que el joven británico se lo gane.

El suizo hizo esfuerzos por contener una risa de incredulidad esta semana, cuando escuchó que los apostadores británicos daban a Murray más probabilidades o al menos las mismas que a Federer para ganar el Abierto de Australia.

Semejante noticia fue el colmo para Federer, cuyo reinado de cinco años en Wimbledon terminó el año pasado a manos del español Rafael Nadal, quien también puso fin a la permanencia del suizo en el primer lugar del escalafón mundial, donde se mantuvo durante 237 semanas.

En el Abierto de Australia del 2008, el suizo Novak Djokovic derrotó a Federer _en lo que fue el último de 15 torneos del Grand Slam donde el campeón no ha sido el suizo o Nadal.

Murray "no ha ganado nunca un torneo del Grand Slam. Novak es el campeón defensor en Australia. Rafa (Nadal) tuvo una temporada increí­ble el año pasado", dijo Federer, quien busca igualar el récord de Pete Sampras, de 14 tí­tulos de Grand Slam en individuales.

"Yo gané el último Grand Slam de la temporada anterior, y me sorprende escuchar esto", dijo Federer sobre los pronósticos de los apostadores británicos.

Sólo en dos ocasiones Murray ha avanzado más allá de la cuarta ronda de uno de los cuatro torneos grandes. Su mejor actuación fue en el U.S. Open más reciente, donde perdió la final contra Federer.

Pero las esperanzas de que un británico gane un tí­tulo del Grand Slam por primera vez desde 1936 se reforzaron cuando Murray venció a Federer durante un partido de exhibición en Abu Dhabi, Emiratos Arabes Unidos, y en las semifinales del Abierto de Qatar en Doha, la semana pasada.

Para Federer, las dos derrotas ante Murray este mes no han sido tan malas como los resultados que tuvo durante su preparación para el Abierto de Australia del 2008.

Federer comenzó aquel año como favorito para ganar todos los tí­tulos del Grand Slam, y lo terminó con un solo trofeo grande, aumentando su total de por vida a 13.

Un padecimiento de mononucleosis obligó a Federer a retirarse de todos los torneos antes del Abierto de Australia, donde era el campeón defensor. Ahora, el suizo reconoce que en aquel entonces temí­a ser eliminado en la primera ronda.

Cayó ante Djokovic en las semifinales, y pareció que su aura de invencible se habí­a desvanecido. De pronto, los tiros perfectos de revés no estaban rozando la lí­nea. Sus movimientos por la cancha, otrora etéreos, comenzaron a parecer demasiado meditados.

No logró coronarse en Francia ni en Wimbledon, y perdió el primer lugar del ranking frente a Nadal, quien también se colgó la medalla de oro durante los Juegos Olí­mpicos de Beijing.

Pero Federer cree que ha recuperado la forma luego de ganar el Abierto de Estados Unidos.

"Se siente bien llegar a un Grand Slam si uno se ha coronado en el último en el que participó", señaló.

Serena Williams entenderí­a perfectamente esa sensación.

La estadounidense llega al Abierto de Australia como la segunda preclasificada y como campeona reinante del U.S. Open.

La rusa Maria Sharapova, la campeona más reciente en Australia, no podrá jugar por una lesión en el hombro derecho, y la serbia Ana Ivanovic, quinta preclasificada y finalista del año pasado antes de ganar el Abierto de Francia, parece fuera de forma y carece de entrenador.

Aunque otra serbia, Jelena Jankovic, y las rusas Dinara Safina y Elena Dementieva se ubican respectivamente en el primero, tercero y cuarto lugar del ranking, ninguna ha ganado un certamen del Grand Slam.

La hermana de Serena, Venus, parece la otra aspirante principal al tí­tulo.

Venus ganó el duelo de las hermanas Williams en la final de Wimbledon del año pasado, para apuntarse su quinto tí­tulo en ese torneo, y cerró el año como campeona del Campeonato de la WTA.

El triunfo de Serena en el U.S. Open la convirtió apenas en la sexta mujer que gana nueve tí­tulos o más de Grand Slam en individuales.

En el 2007, Serena no figuró ente las preclasificadas y estaba en el lugar número 81 del escalafón, pero eliminó a cinco favoritas antes de apabullar por 6-2, 6-1 a Sharapova en la final. Ahora, Serena no quiere dar por sentado que la historia se repetirá.

"Serí­a maravilloso ganar otra vez. No soy realmente supersticiosa", señaló. "Evidentemente, me gustarí­a ganar en el 2009. Para ser honesta, realmente querí­a ganar en el 2008, pero no funcionó".

Federer y Williams saben ya lo que es jugar un torneo de prosapia sin la preparación suficiente. Nadal tendrá que averiguarlo.

La tendinitis en su rodilla derecha obligó al español a perderse el Masters de Parí­s, la Copa Masters y la final de la Copa Davis contra Argentina, al final del año pasado. El zurdo de 22 años ha jugado tres partidos oficiales este año y también cayó ante Murray en el torneo de exhibición de Abu Dhabi.

FUENTE: Agencia AP