CHICAGO (AP). Harto de perder, Lou Piniella espera que sus Cachorros de Chicago honren su reputación, y sus salarios.
Y ganar es lo único que le interesa a Piniella, cuyo equipo cobra la tercera nómina más elevada en las mayores (146,6 millones de dólares) pero tiene un registro adverso de 15-22 previo al partido del domingo con Pittsburgh.
Consultado por periodistas sobre si sería mejor que el joven jardinero Tyler Colvin jugara todos los días en las menores en lugar de ser un reemplazo defensivo de último momento, Piniella alzó la voz y regresó al punto central: ganar.
"¿Es necesario que él juegue? Lo que necesitamos hacer es ganar", insistió el piloto. "Seguimos hablando de las personas en el orden al bate. Hablamos de las personas que necesitan jugar. Hablamos de todo, menos de ganar partidos. Con un demonio, de eso es de lo que tenemos que hablar ... punto".
En su cuarto año con los Cachorros, el contrato de Piniella expira con esta campaña. En agosto cumple 67 años y dijo que éste será su último trabajo como entrenador. Pero no ha dicho si desea seguir en el 2011, ni el nuevo propietario, Tom Ricketts, ha dicho si quiere que siga Piniella.
Piniella consiguió que los Cachorros ganaran los banderines de la División Central en la Liga Nacional en el 2007 y el 2008, pero en ambos años fueron barridos en la postemporada. Chicago tuvo un registro de 83-78 en el 2009, una situación que Piniella atribuyó a lesiones y a una mala química entre jugadores.
Los Cachorros han estado sanos este año pero han resultado lastimados por flojas actuaciones de los relevistas, por la ausencia de un bateo oportuno y los pésimos desempeños de Aramis Ramírez y Derrek Lee.
Piniella dijo que tenía dudas sobre si los jugadores caros como Ramírez, Lee y Carlos Zambrano estaban sucumbiendo bajo la presión de sus jugosos contratos.
FUENTE: Agencia AP