BUENOS AIRES (AP) — Tras ir de papelón en papelón, la crisis institucional del fútbol argentino se agudiza cada vez más y podría terminar en una fractura permanente porque varios clubes de peso se disponen a darle vida a una liga paralela al campeonato actual a cargo del organismo rector.
Pero los padres de la criatura chocan contra una AFA con su dirigencia dividida y con un futuro incierto porque el miércoles comenzó a ser investigada en sus propias narices por presuntas irregularidades administrativas.
La Súper Liga será presentada en sociedad el 21 de junio, según anunció el martes el presidente de Racing Víctor Blanco, pero cuenta con varios clubes opositores entre ellos otro grande como Independiente. Por lo tanto, Argentina podría tener dos ligas paralelas.
Blanco es el preferido de sus pares de Boca, River y compañía que suelen reunirse en una "AFA paralela" en su restaurante en Puerto Madero, a la vera del Río de la Plata, como ocurrió el martes al mediodía cuando poco después ninguno de ellos fue a la reunión del comité ejecutivo del ente rector.
"No, no hay ningún problema, todos comen gratis porque me dicen que para mi restaurante es una buena promoción", dijo un sonriente Blanco a periodistas que aguardaban el fin de la reunión.
Volviendo a los dos torneos, esa posibilidad no suena descabellada porque en el fútbol argentino todo es posible y así lo ventilan sus propios dirigentes.
"La idea es que esta liga sea por dentro de la AFA", declaró el martes el presidente de Godoy Cruz Luis Mansur.
¿Y si no es así?
"Podría haber dos primeras divisiones", respondió Mansur a una pregunta en rueda de prensa.
Nada suena descabellado en el fútbol argentino.
Sin ir más lejos, el martes la AFA acusó recibo de la decisión de un ente estatal, la Inspección General de Justicia, de investigar sus movimientos administrativos y suspender las elecciones para nuevo presidente de esa institución previstas para el 30 de junio.
Golpeada por esas medidas, la respuesta de AFA o más bien de un sector duro ante el silencio de los otros, fue tomar a la selección argentina de rehén anunciando que en señal de protesta su comité ejecutivo analizaría la posibilidad de retirar al equipo de la Copa América Centenario de Estados Unidos.
Sacudón total en el mundo del fútbol, a la espera de una reunión nocturna de ese comité en la que se iba a analizar esa posibilidad.
En ese encuentro el tema ni siquiera fue tratado, o al menos no trascendió una versión distinta, y lo que se anunció fue que Racing Club y Lanús, campeones de los dos últimos torneos cortos, se medirán en breve por una determinada copa.
Y en otra obra de teatro, que a algunos le da risa y a otros ganas de llorar, lo protagonizó la AFA con su presidente Luis Segura a la cabeza, que dicho sea de paso salió a desmentir por enésima vez que renuncia a su cargo.
Una vez que la AFA recibió la notificación judicial de que recibiría intrusos en su casa por al menos 90 días y que las elecciones para nuevo presidente fueron postergadas, la AFA tomó ambos temas con resignación.
Pero después, se mostró desafiante y en su sitio oficial destacó que "esta normalidad del camino institucional ya previsto, aprobado y oficializado oportunamente, no se interrumpe", porque la sentencia de ese ente "no se encuentra firme". O sea, que la elección presidencial seguía en pie para fin de mes.
Parecía partido 1-1 y con definición en el alargue.
Pero sobre la hora, la AFA se metió un gol en contra y se desdijo de lo que había dicho al anunciar que se presentaron cinco aspirantes a los comicios "sin perjuicio de que al día de hoy las elecciones están suspendidas por la presentación de la IGJ".
Segura trató de maquillar el nuevo papelón y con respecto al primer comunicado, dijo:
"El comunicado lo redactó una persona que no pudo expresar lo que nosotros queríamos decir. La suspensión es una realidad y acataremos la decisión".
FUENTE: AP