LAUSANA, 19 marzo 2014 (AFP) - La FIFA, que celebrará su comité ejecutivo este jueves y viernes en Zúrich, ve como la polémica por la concesión del Mundial-2022 a Catar resurge a menos de doce semanas de Brasil-2014, otra cita ya de por sí estresante para la Federación Internacional.
La cuestión de Catar y las condiciones laborales de los inmigrantes trabajan en las obras mundialistas ya ocupaban buena parte del orden del día del comité ejecutivo de la FIFA, pero ahora se ha unido otro escándalo.
El Daily Telegraph volvió a lanzar el martes sospechas de que el rico emirato compró la organización del Mundial.
El diario británico informó que Jack Wagner, exvicepresidente de la FIFA en el momento de la elección de Catar (2010), así como miembros de su familia habrían recibido presuntamente alrededor de 1,43 millones de euros de una empresa de Catar propiedad de Mohamed Bin Hammam, entonces próximo a los organizadores del Mundial-2022.
No es la primera vez que ambos dirigentes están acusados de corrupción, acusaciones que siempre han negado, pero Bin Hammam, que optó a la presidencia de la FIFA en 2010, fue expulsado de por vida del mundo del fútbol por haber tratado de comprar los votos de los pequeños países caribeños.
Jack Warner, el trinitense que dirigía la CONCACAF, prefirió dimitir del cargo en junio de 2011 cuando comenzaron las acusaciones de que fue él la persona que facilitó los sobornos.
Otros miembros del comité ejecutivo de aquella época también se han visto salpicados por la corrupción. Dos semanas antes del voto de diciembre de 2010 para elegir los anfitriones de los Mundiales de 2018 (que fue para Rusia) y 2022, otros dos miembros, un nigeriano y un tahitiano, fueron suspendidos por la FIFA tras haber sido cazados por la prensa inglesa tratando de vender sus votos.
Si esta noticia aparece ahora es porque, aparentemente, el FBI, la policía federal estadounidense, investiga de cerca movimientos de fondos de estos personajes que habrían utilizado un banco neoyorquino.
La FIFA, que de momento guarda silencio, decidió otorgar al mismo tiempo los Mundiales de 2018 y 2022 por interés comercial, pero su propio comité de ética ha investigado las circunstancias que rodearon a este doble voto y se espera las conclusiones para los próximos meses.
El exfiscal de Nueva York Michael Garcia está al frente de este comité de ética, formado por el presidente de la FIFA, el suizo Joseph Blatter, que prometió reformas en la institución tras los escándalos por corrupción en los que se vio envuelta la Federación en los últimos años.
Por este mismo objetivo de mayor transparencia, la FIFA ha cambiado las reglas para la elección de los próximos anfitriones mundialistas. A partir de ahora, los países organizadores los elegirán todas las federaciones reunidas en un congreso, mientras que el comité ejecutivo sólo podrá seleccionar a los finalistas.
FUENTE: AFP