Dos años después de adquirir una nueva dimensión al arrollarla en Roland Garros y cerca de cumplirse uno de su derrota en la final de Wimbledon, la tenista española Garbiñe Muguruza (N.4) desafía de nuevo a Serena Williams (N.1), este sábado (13h GMT) por el título del torneo de Grand Slam francés.
"¡La bandera de la renovación en el tenis!", grita en antena uno de los enviados especiales de las radios argentinas sobre lo que representa la española en este choque generacional.
Muguruza es la primera española en alcanzar la final desde Conchita Martínez, en el año 2000. El último título lo logró Arantxa Sánchez Vicario, en 1998.
- Duelos en el recuerdo -
La tenista de 22 años juega para ganar su primer grande, mientras que Serena, de 34, lo hace para entrar en la historia.
Hace ya 17 años que ganó su primer título mayor (US Open 1999) y compite el sábado por el 22º, lo que le permitiría alcanzar en el ranking a la alemana Steffi Graf y acercarse al récord absoluto de la australiana Margaret Court (24).
La propia Muguruza sabe lo que conlleva derrotar a la gran dominadora del circuito.
"Ganar ante una de las mejoras jugadoras da más placer, es como si un chico le toca una final contra Federer. Es la final ideal y ojalá pase", dijo el viernes, cuando compareció ante la prensa muy sonriente y relajada tras batir a la australiana Samantha Stosur (N.21).
Serena domina los enfrentamientos ante la española con tres victorias por una derrota. Además de la final en Londres, ganó dos veces en el Abierto de Australia, en 2013 y 2015.
La única vez que se vieron las caras en polvo de ladrillo fueron los 64 minutos de ensueño en los que Muguruza barrió a la estadounidense en la segunda ronda de Roland Garros 2014.
"Yo me acuerdo del partido de Wimbledon, pero seguro que ella se acuerda del que jugamos en Roland Garros. Tengo que salir a la pista a jugar y hacer todo lo que aprendí en Wimbledon, los detalles, e intentar que no pase otra vez", señaló Muguruza al echar la vista atrás.
"Aprendí muchísimo, fue una lección increíble y me abrió el camino para otras grandes victorias. Necesitaba aquella derrota para ganar seguridad", dijo Serena el viernes sobre Roland Garros 2014.
- Cosas en común -
En lo tenístico ambas jugadores tienen muchas cosas en común. Muguruza (1,82 metros y 73 kilos) exhibe un potente servicio y una derecha dominadora, rasgos propios de la menor de las Williams (1,75 metros y 70 kilos).
"Creo que las dos tenemos un juego muy dominante, queremos tomar el mando del punto y del partido en la primera bola, lo antes posible", analizó la caraqueña.
Un factor a tener en cuenta en la final es la condición física de la estadounidense, en la parte del cuadro más afectada por los aplazamientos y las cancelaciones provocadas por las lluvias de esta semana.
Serena ha tenido que jugar tres días consecutivos, sin ahorrar gestos de incomodidad en la pista. Ante dos jugadoras sin pedigrí, la kazaja Yulia Putintseva (61ª WTA)y la holandesa Kiki Bertens (58ª), sufrió y la salvó su legendaria potencia e instinto ganador.
Además, desde la pista, en la entrevista posterior a su victoria de este viernes, Marion Bartoli le preguntó por los aductores. En rueda de prensa no quiso aclarar estos problemas, mostró su malestar por la revelación, pero reconoció la fatiga "mental y física".
Quizás haya llegado el momento para la entusiasta Garbiñe de tirar la última puerta de una carrera meteórica.
FUENTE: AFP