La Federación Internacional de Atletismo (IAAF) reúne a su consejo este viernes en Viena para decidir sobre la presencia de los atletas rusos en los Juegos Olímpicos de Rio, después de que el país se esforzara por cambiar el sistema de dopaje organizado desvelado por la AMA en noviembre.
Una pregunta sencilla y una votación que se decidirá por mayoría simple, para un caso complejo, un capítulo negro del atletismo que mezcla dopaje, corrupción y diplomacia deportiva al más alto nivel del país y de la IAAF.
Rusia, sus instancias deportivas y antidopaje, organizaron y cubrieron el dopaje en 'su' atletismo, implicando al antiguo presidente de la IAAF Lamine Diack(1999-2015), imputado por blanqueo agravado y corrupción.
Con este caso el atletismo mundial está viviendo la peor crisis de su historia. Como en los últimos siete meses; las declaraciones, afirmaciones, acusaciones y desmentidos se han cruzado en las últimas horas.
El último capítulo llegó el jueves, cuando la BBC emitió un reportaje en el que se afirmaba que Sebastian Coe, presidente de la IAAF, habría sido elegido el año pasado gracias a los votos recogidos por el hijo de su predecesor Lamine Diack, Papa Massata Diack, con una orden de arresto internacional por su papel en el escándalo de dopaje en Rusia.
En un comunicado la IAAF desmintió inmediatamente la información, así como que Coe fuera informado en detalle del dopaje institucionalizado en Rusia, mucho antes de que el escándalo estallara, lo que defiende la BBC en su documental.
Un día antes, el miércoles, la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), que publicó el informe que desencadenó el escándalo en noviembre, dio un nuevo golpe a Rusia al publicar un documento de 23 páginas sobre lo que ha pasado en el país en los últimos siete meses, desde su suspensión.
"Agentes armados del FSB (servicios secretos rusos) amenazaron con expulsar del país a los controladores (antidopaje)", informó la AMA, precisando que fue imposible llevar a cabo 736 controles desde noviembre.
- La tercera vía -
De los 2.947 completados, 2.142 pertenecen a los deportes olímpicos de verano, por 805 de los de invierno. Más allá de las cifras queda el retrato de un país que parece estar lejos de haber acabado con la cultura del dopaje.
Este jueves Rusia respondió a través de su ministro de Deportes Vitali Moutko. "Hemos hecho todo lo que podíamos. Nos presentaron 100 criterios y en mi opinión todos los hemos cumplido", dijo a la agencia de prensa Interfax.
"Hemos cumplido todos los criterios solicitados ¿Qué más podemos hacer?", insistió Moutko, que denunció "una presión constante sobre la comisión y el consejo de la IAAF".
Privar a los atletas rusos de los Juegos de Rio supondría dejar al primer deporte olímpico sin su segunda potencia mundial tras Estados Unidos. Una decisión muy complicada.
"Hay muchas presiones, políticas, de todo tipo, directas o indirectas, en todos los países", explicó a la AFP Bernard Amsalem, presidente de la Federación Francesa de Atletismo, miembro del consejo llamado a votar y defensor de una línea dura en el caso de los atletas rusos.
Pero entre la prohibición y el perdón, se puede dibujar una tercera vía. El COI podría suavizar una eventual decisión negativa de la IAAF mediante la creación de un equipo de atletas rusos limpios.
"Es una opción posible ¿Pero cuáles son las garantías que podemos tener con los rusos? Es un sistema de estado y es difícil. Es también un problema de credibilidad para la federación", señala Amsalem.
FUENTE: AFP