La Selección de Portugal recorrió un largo camino para alcanzar finalmente el Mundial Femenino 2023, su primera Copa del Mundo.
La clasificación requirió también la prórroga, con una dosis de dramatismo: iba ganando 1-0 a Camerún hasta que Ajara Nchout empató para las africanas en el minuto 89. No fue hasta el 94 cuando un penal transformado por Carole Costa situó al cuadro luso en su primera Copa Mundial Femenina.
DT
Su seleccionador, Francisco Neto, mantiene por su parte los pies en el suelo y sabe que el Mundial planteará unas exigencias aún mayores que la repesca. “El Mundial nos demandará más en las dimensiones física, técnica, táctica y emocional”, afirmó en una rueda de prensa previa a los amistosos de abril.
El técnico, de 41 años, dirige al combinado nacional desde 2014 y es una pieza más del proyecto de desarrollo del fútbol femenino del país. Al cabo de nueve años está cosechando los frutos y la clasificación para el Mundial representa el punto álgido de su carrera hasta la fecha.
Neto ha procurado que sus discípulas acumulasen experiencia contra rivales de entidad y, poco a poco, les ha ido demostrando que es posible soñar a lo grande. Durante este tiempo también ha dado oportunidades a jugadoras más jóvenes que están surgiendo en los clubes locales, como Kika Nazareth y Telma Encarnação.
En los partidos contra Japón y Gales, alineó a 24 de las 25 convocadas, una circunstancia que “es señal de salud, de muchas opciones”, en su opinión. “Queríamos entender hasta qué punto podíamos ser competitivos”, explicó.
Neto tendrá en el Mundial un desafío de envergadura: una liguilla en la que también figuran Estados Unidos y Países Bajos. “Sabemos que se nos va a someter muchas veces a presión y que es imposible pasar 90 minutos únicamente defendiendo. Lo hemos estado trabajando y hemos mejorado, pero queremos crecer para poder competir con esos equipos”.