NUEVA YORK (AP). En una temporada surreal, inepta y patética, los Mets de Nueva York todavía tienen algo más de un mes para recibir más cachetazos.
Algunos fanáticos creyeron que el triple play que produjo el final de un partido que perdieron 9-7 ante Filadelfia el domingo pasado sería el colmo.
Pues estaban muy equivocados. Aún faltaba más. El diagnóstico de Johan Santana, el aguerrido baluarte de la rotación abridora y quizás la única nota positiva en la temporada, no pudo ser más desgarrador: fuera por el resto del año debido a una dolencia en el codo izquierdo que requerirá una cirugía para removerle astillas de hueso.
Y pensar que hace unos cuantos días atrás el as venezolano reflexionaba sobre el listado de bajas del equipo, uno en el que aparecen Carlos Beltrán, José Reyes, Carlos Delgado, David Wright y Oliver Pérez. Incluso los sustitutos de los titulares se lesionaron como fue el caso los pitchers Jonathon Niese y Fernando Nieve y el jardinero Fernando Martínez. Es el equipo que más ha usado la lista de lesionados en la campaña, con 22.
"Pareciese que todo nos sale mal. Esto es una locura", dijo el lanzador que en el penúltimo día de la pasada campaña pidió abrir sin haber cumplido el periodo normal de descanso y en vano mantuvo con vida al equipo antes que quedase fuera de la postemporada por segundo año seguido.
Al sacar cuentas, más o menos 90 millones de salario está en la lista de lesionados actualmente, lo que superaría el presupuesto total de otros 17 equipos en las Grandes Ligas.
No hay nada que explique satisfactoriamente lo que ha pasado.
Tal vez se pueda decir que la caprichosa mala suerte tomó una saña particular con los Mets, que van para su tercer año seguido fuera de la postemporada. Otros consideran que pudo ser que se ha pagado caro por descuidos en el acondicionamiento físico y preparadores no idóneos.
También están las voces que con insistencia opinan que el club es objeto de algún tipo de maldición, ya sea por mudarse a un estadio lujoso que es patrocinado por una institución bancaria que pasó a ser una de las afectadas en imagen por el colapso de la economía.
Los partidarios de la última teoría apuntan a las diversas formas que han perdido juegos este año, sobresaliendo el elevado fácil que Luis Castillo dejó caer ante un batazo de Alex Rodríguez que hubiese sido el out final de un juego contra sus vecinos Yanquis.
Pero los Mets han sido responsables de su propia pesadilla debido a las metidas de pata que sus directivos han hecho costumbre.
Un ejemplo fue la rueda de prensa en Florida en la que el gerente Omar Minaya salió a informar sobre la baja de Santana.
Minaya dio una respuesta que provocó más incredulidad cuando se le preguntó si la dolencia de Santana tenía que ver con los problemas que el zurdo ya había acusado en el codo durante la pretemporada.
"El spring training es tan lejano en el tiempo", dijo Minaya, admitiendo con candidez que se había olvidado del detalle que un lanzador con un contrato de 137,5 millones dólares tenía un historial de dolencias en el codo. "Ni me acordaba".
Pese a todo, Minaya parece tener su continuidad en el puesto asegurado por parte de la familia Wilpon, los dueños del equipo. Pero su responsabilidad en la debacle de 2009 no pasa inadvertida.
Parte de ella apunta a la pobre oferta de recursos en sus menores para reemplazar a los lesionados, por más que en años recientes se desprendieron de varios prospectos en canjes.
Todavía resuena el penoso incidente de relaciones públicas cuando tuvo que anunciar el despido de Tony Bernazard, el encargado de supervisar la formación de prospectos, por una serie de exabruptos. Minaya cargó contra un reportero de un tabloide de la ciudad, acusándolo de publicar sobre Bernazard porque estaba interesado en conseguir empleo con los Mets. Minaya se tuvo que disculpar posteriormente.
En medio de tanto infortunio, hay quienes piensan que lo único bueno es que todo lo malo se haya acumulado en un año y pensar que 2010 permitirá comenzar de nuevo.
Si todos los lesionados regresan a su nivel óptimo, las falencias que el equipo debe resolver durante el receso apuntan a conseguir un segundo abridor que se equipare a la jerarquía de Santana y otro bateador de poder en el orden ofensivo.
"Para mí, el lado positivo es que el año que viene va a ser espectacular", comentó el jardinero Jeff Francouer. "Uno se imagina que todos los que se lesionaron vendrán al spring training con ganas de reivindicares. Si todo el equipo tiene esa mentalidad, será un año especial. Algo bueno va a salir de esto".
FUENTE: Agencia AP