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Tour y récord de la hora: Wiggins quiere igualar al "club de los cinco"

Bradley Wiggins quiere imitar el domingo a los cinco corredores (Lucien Petit-Breton, Fausto Coppi, Jacques Anquetil, Eddy Merckx, Miguel Induráin) que ganaron en su carrera el Tour de Francia y que consiguieron además inscribir su nombre en el palmarés del récord de la hora.

El británico, que se coronó en el Tour en 2012, aspira a quebrar en Londres la plusmarca de la hora, avalado por su existosa trayectoria en los velódromos.

Los integrantes del 'club de los cinco' no tenían la formación en pista que sí tiene Wiggins, un ciclista de velódromo luego reconvertido a la carretera y no al revés. Merckx, eso sí, competía regularmente en pista.

En la época moderna, Greg LeMond, triple vencedor de la 'Grande Boucle', fue tentado en 1990 por el reto del récord de la hora, pero no dio el paso. Por contra, Bernard Hinault siempre rechazó este desafío.

"Hacía falta mucho tiempo para la adaptación (a la altura) y no estábamos seguros de que Hinault tuviera éxito", explicó el director deportivo del francés, Cyrille Guimard.

De los cinco campeones del Tour de Francia que también batieron el récord de la hora, Merckx e Induráin son los únicos en haberse impuesto primero en la gran ronda por etapas antes de triunfar en el gran reto de la pista.

Anquetil, el prototipo de ciclista de carretera, también lo consiguió en 1967 después de coronarse como el primero en ganar cinco Tour de Francia, para superar la marca de Roger Rivière pese a un pinchazo, pero su resultado (47,493 km) no fue homologado por la negativa del normando a someterse a un control antidopaje, un análisis que entonces daba sus primeros pasos y que no estaba tan generalizado como ahora.

El récord de Anquetil en el palmarés es por tanto únicamente el de 1956, antes de los cinco Tour que ganó entre 1957 y 1964.

- Merckx, una temporada inolvidable -

Al contrario que sus ilustres predecesores, Wiggins programó una preparación racional de su intento del récord de la hora. Más allá de la corta Vuelta a Yorkshire, se centró únicamente en la París-Roubaix, antes de convertir en el gran objetivo el récord de la hora.

En 1972, Merckx tenía en sus piernas una temporada inolvidable, nutrida con unas cincuenta victorias. Había logrado el 'doblete' Giro-Tour y se había impuesto en varias clásicas de primer nivel (Milán-San Remo, Flecha Valona, Lieja-Bastoña-Lieja, Vuelta a Lombardía).

"Merckx batió el récord como yo lo había batido, desde su condición de ciclista de carretera, esencialmente", valoró entonces Anquetil, que hizo un análisis para el futuro. "Una preparación racional para el récord debería escalonarse en al menos tres meses y centrarse sobre todo en el trabajo de fondo y de resistencia en la pista", apuntó.

Veintidós años más tarde, Induráin, el primero y único español en el palmarés, lo consiguió pese a una corta preparación, de apenas dos semanas. Un mes y medio antes había ganado el Tour de Francia.

En Burdeos, el ciclista navarro logró el reto (53,040 km), pero no se sintió del todo cómodo en una bicicleta especialmente diseñada para la ocasión.

"No sé a qué ritmo latía mi corazón, no he querido llevar un medidor del pulso", dijo 'Miguelón', que mejoró en 327 metros el récord de Graeme Obree.

El equipo de Induráin, eufórico tras aquel éxito bordolés, afirmó que iba a intentarlo de nuevo, pero en altura, un año más tarde.

"Si va a México, llegará a 55 kilómetros", avisó Merckx, pero no hubo ocasión para comprobarlo.

FUENTE: AFP