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Hernández, siempre en el centro del rugby argentino

Poco importa su puesto, fullback, apertura o centro, a sus 32 años, Juan Martín Hernández sigue siendo un gran jugador de rugby capaz de grandes partidos, y será el guía de la línea de tres cuartos de Argentina el sábado en París en el amistoso contra Francia.

"El Mago", solo dedicado a su selección, está cerca del fin de su carrera, pero sigue siendo la figura argentina, capaz de jugar en cualquier puesto, o casi, atrás.

"Esta polivalencia ha hecho que haya destacado en todo, pero sin ser especialista en nada. No lo lamento. Eso me ha permitido ser muy poco suplente. Me ha enriquecido mucho como jugador", señala el argentino (51 partidos internacionales), de regreso a París, su ciudad, según sus palabras, donde pasó 10 años (en el Stade Français y en el Racing) y donde tiene todavía un apartemento.

Esta polivalencia, así como la competencia y muchas lesiones, le han impedido también fijarse a un puesto con Argentina, con la que juega desde que tenía 21 años.

"Estaba lleno de talento. Desde muy joven, se oía mucho hablar de él. El mundo del rugby es pequeño en Buenos Aires, e incluso si yo estaba ya en Francia, había oído hablar de él", cuenta a la AFP, Gonzalo Quesada, mánager del Stade Français, que terminó su carrera con Los Pumas cuando Hernández la comenzaba.

Primero fullback, tuvo que esperar hasta 2007 para ser colocado como apertura, su puesto de predilección, en el Mundial de Francia, donde Argentina logró una histórica tercera plaza.

"Era un 10 con un talento loco, capaz de desbloquear un encuentro y con numerosas variaciones con el pie. Eso le hacía diferente, así como su increíble defensa en el uno contra uno, nunca visto en un apertura de Los Pumas. Rompió un poco los códigos del apertura argentino", añade Quesada.

- Petición de Hourcade -

Desde hace unos meses, juega como centro, donde su visión se adapta bien al juego más ofensivo que quiere el técnico argentino, Daniel Hourcade, y donde puede aliviar un poco el trabajo del apertura Nicolás Sánchez.

"(Hourcade) Necesita mover más el balón en el medio, ir hacia el exterior y proponer un mayor volumen de juego. Necesita a alguien que hable y organice detrás", explica Hernández.

"Me costó un poco al principio. Jugaba más como un segundo 10, pero el equipo no necesitaba eso. A veces tenía que lanzar carreras cuando yo estaba más acostumbrado a pasar el balón. Poco a poco encontré el equilibro adecuado", afirma el jugador.

Hernández es un icono de la línea de tres cuartos y del rugby argentino actual, según el ala Juan Imhoff.

"Cuando abre la boca, lo que ocurre poco, todo el mundo lo escucha. Para nosotros, es incluso más que nuestro papá, ya que a un padre se lo desafía a veces, pero a él no, nadie lo contradice", añade riéndose Imhoff.

Hernández, "el rugbyman (en actividad) más conocido en Argentina", según su compañero Marcelo Bosch, es efectivamente un hombre de pocas palabras.

"Yo hablo, pero sobre el terreno, y de rugby. Ante el grupo, hay un capitán y otros jugadores que tienen esta capacidad", afirma Hernández.

Quesada confirma este lado 'Docteur Jekyll y Mister Hyde'. "A su llegada, era muy reservado, humilde, respetuoso con los veteranos y nada arrogante, contrariamente a la mayoría de los jugadores de talento, pero una vez en el terreno no tenía ningún complejo", señala Quesada.

El sábado en el Stade de France contra los galos, donde ha obtenido muchos de sus éxitos, ya fuera como apertura, fullback o centro, volverá a salir sin complejos.

FUENTE: AFP