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Títulos, test y tratamiento: los accidentados comienzos de Caster Semenya

El 19 de agosto de 2009, en la pista azul de Berlín, el mundo del atletismo vio aparecer el cometa Caster Semenya: la sudafricana de 18 años, todavía desconocida seis meses antes, arrasa en la final de los Mundiales en 800 m con un tiempo ultrarrápido (1:55.45) y casi 15 metros de ventaja sobre sus rivales.

El físico musculoso de la joven llama la atención. Horas antes de la final, la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) anuncia que investigará el sexo de Semenya.

"Hemos contactado con la gente de la Federación Sudafricana (ASA) para saber si tenían documentación que permita establecer su sexo (...) Es una cuestión que nos tomamos en serio", dijo en ese momento el portavoz de la institución, Nick Davies.

Luego de la carrera, Caster Semenya queda exenta de la conferencia de prensa: "No está preparada para responder a las preguntas que tienen derecho a hacerle", explica el secretario general de la IAAF, Pierre Weiss.

"Si al final de estas investigaciones se demuestra que no es una mujer, la retiraremos de la lista de ganadores", zanja ante la prensa.

- "Test de feminidad " -

En el foco de atención, Semenya acaba de vivir "la experiencia más fuerte y más humillante de (su) vida", como explicará en 2019 ante el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS), al que acudió la sudafricana para impugnar el nuevo reglamento de la IAAF sobre los atletas hiperandróginos, que entró en vigor el pasado 8 de mayo.

Y no es solamente escrutada por millones de telespectadores: ella ya ha sido examinada en su intimidad.

Antes de los Mundiales, la Federación Sudafricana había enviado, a petición de la IAAF, un ginecólogo para una muestra de sangre y un examen de los genitales de la atleta. Semenya asegura que no sabía entonces el objetivo de este examen: "Un test de feminidad".

Tras su actuación en los Mundiales, la IAAF llevó a la sudafricana a un hospital alemán para otro test de feminidad más exhaustivo. "Era una orden de la IAAF que no podía discutir", afirmó.

Ante el TAS, Semenya describió "el profundo shock causado por la exposición pública de su cuerpo (...) estaba sobrepasada por los acontecimientos y por el hecho de que su género fuera puesto en duda por primera vez en su vida".

La IAAF le comunica que si quiere seguir en la competición tiene que bajar su tasa de testosterona con ayuda de un tratamiento. La atleta acepta.

- "Rata de laboratorio" -

A partir del inicio del tratamiento en enero de 2010, la sudafricana permanece suspendida seis meses y vuelve a la competición en julio de 2010.

Ante el TAS, Caster Semenya describió los efectos secundarios de los medicamentos y los efectos negativos de la bajada de la tasa de testosterona: fiebre, sudor, ganancia de peso, náuseas y dolores abdominales recurrentes. Un estado que tuvo un "enorme" impacto en su bienestar y su confianza, cuenta.

Para vigilar su tasa de testosterona debe someterse a dos análisis de sangre por mes, además de test sorpresa de la IAAF, a la que hoy acusa de utilizarla como una "rata de laboratorio".

Entre 2010 y 2012 los tiempos de la atleta bajan ligeramente, lo que ella atribuye a los efectos negativos del tratamiento.

Aun así conserva su título de campeona del mundo en 2011 con un tiempo rápido (1:56.35) y acaba 2ª en los Juegos de Londres en 2012 (1:57.23). Más tarde se colgará la medalla de oro con la descalificación por dopaje de la rusa Mariya Savinova.

Entre 2013 y 2015 su rendimiento cae, a causa de la ganancia de peso y de una lesión en la rodilla, según la propia atleta.

En julio de 2015 el TAS cuestiona el primer reglamento de la IAAF sobre las mujeres hiperandróginas de 2011, por la apelación de la esprínter india Dutee Chand. Semenya detiene el tratamiento. Y hoy jura que no lo retomará nunca más.

FUENTE: AFP