Resurgiendo al borde del abismo, los Indiana Pacers machacaron este jueves 108-91 a los Oklahoma City Thunder y forzaron un séptimo y último partido de las Finales de la NBA, que se disputará el domingo.
"Estábamos con la espalda contra la pared y respondimos", declaró Haliburton tras un triunfo que colocó el empate 3-3 en el global de esta trepidante eliminatoria.
"Son las Finales, tenía que dar todo lo que tenía por este grupo", dijo la estrella local sobre su lesión. "Queda un partido, todas las cartas están sobre la mesa".
Séptimo juego en las finales de la NBA
El título de la NBA se definirá en un séptimo partido por primera vez desde la histórica victoria de 2016 de los Cleveland Cavaliers de LeBron James ante los Golden State Warriors de Stephen Curry.
Con aquella victoria en la cancha de los poderosos Warriors, el equipo de 'King James' es el único que ha remontado un 3-1 en contra en las Finales.
Aunque todavía les queda rematar el trabajo, estos Pacers ya han protagonizado una serie de inverosímiles remontadas en estos playoffs.
Al duelo del jueves, el primero a vida o muerte, llegaban con la moral muy tocada por las últimas dos derrotas consecutivas y las limitaciones físicas de su líder, por lo que optaron por una arriesgada estrategia que les funcionó a la perfección.
Su experimentado entrenador, Rick Carlisle, dio la orden de bombardear desde la línea exterior a los Thunder y sus jugadores respondieron clavando 15 triples de 42 intentos (35,7%).
Trastocada ofensiva
El otro pilar de los locales fue su conmovedor esfuerzo defensivo, alimentado por el eléctrico ambiente del Gainbridge Fieldhouse, que provocó un cortocircuito en el ataque dirigido por Gilgeous-Alexander.
El base canadiense, Jugador Más Valioso (MVP) de la temporada, cometió 8 pérdidas de balón, igualando el récord de su carrera, y repartió sólo 2 asistencias.
Jalen Williams y Chet Holmgren se quedaron en 16 y 4 puntos y están obligados a reaccionar en al juego decisivo en el que los Thunder, favoritos indiscutibles al inicio de las Finales, cargarán con toda la presión.
Sin sentarse en toda la segunda mitad, los 18.000 aficionados de Indianápolis vieron como su rival tiraba la toalla al retirar a sus titulares a cinco minutos del final.
Con el viento ahora a su favor, los irreductibles Pacers están a un solo paso del primer título de su historia.