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Montoya prepara búsqueda de tí­tulo en la NASCAR

LOUDON, Nueva Hampshire, EE.UU. (AP). Juan Pablo Montoya tiene en casa una botella de buen vino francés, que le regaló un amigo en Malasia, quien le dijo al piloto colombiano que debí­a guardarla para una ocasión especial.

Hay un pequeño problema: Montoya no bebe alcohol. Pero si se convierte en el primer piloto extranjero en ganar un tí­tulo de la NASCAR, Montoya está dispuesto a hacer una excepción.

"Es un estupendo vino francés", explicó. "No me gusta el vino, pero lo beberé si ganamos".

No hay que descorchar la botella todaví­a. Montoya tiene mucho camino por recorrer en su búsqueda de un tí­tulo de la Copa Sprint. Pero incluso los competidores consideran que el colombiano es el "caballo negro" dentro de los 12 pilotos que persiguen el tí­tulo.

La serie de 10 carreras para buscar el tí­tulo comienza el domingo en el New Hampshire Motor Speedway, donde Montoya largará por 100ma ocasión en su carrera dentro de la Copa. En la fecha, el piloto celebra también su cumpleaños 34 y saldrá en el primer puesto, que conquistó con una vuelta que impuso un récord. Además Montoya lideró las tres sesiones de práctica, poniendo el número 42 de su bólido de Earnhardt Ganassi Chevrolet en lo más alto de la pizarra todo el fin de semana.

¿Estarán alineados los astros para que Montoya llegue primero apenas por segunda vez en la serie desde que tomó la sorpresiva decisión de abandonar la Fórmula Uno?

Ni él lo sabe. Pero después de que el jefe de mecánicos de la escuderí­a, Brian Pattie, lo convenció de que pasara el verano con una actitud más conservadora, concentrándose sólo en la meta de colarse a la serie de carreras que definen el tí­tulo, Montoya está listo para correr más libre y más rápido, en busca de los triunfos.

Durante la temporada del 2006, cuando dejó a la mitad la temporada de la F1 para reencontrarse con su ex jefe Chip Ganassi, Montoya no esperó tardar tanto tiempo en adaptarse. Tuvo algunos éxitos en su temporada de novato en el 2007, cuando ganó en la pista de Sonoma, pero en los últimos tres años ha debido pasar un proceso para que su auto volviera a ser competitivo.

"Ahora miramos todos los tropiezos que tuvimos, comparamos con lo que ocurrió hace un año y decimos: '¿Cómo pudimos ser tan tontos?'", dijo entre risas.

Montoya admite que llegó a desesperarse mientras Ganassi poní­a a punto la escuderí­a en la NASCAR. Nunca habí­a experimentado realmente un proceso de reconstrucción, y ganó las 500 Millas de Indianápolis y el tí­tulo de la CART durante su breve estancia con Ganassi, antes de emprender su carrera exitosa en la F1.

Y el emotivo Montoya parecí­a feliz en la serie de viajes continuos por todo el mundo, pese a sus conflictos numerosos con el organismo regulador, con otros pilotos y con sus propios equipos. Entrevistado en el 2005 por David Letterman, trató de explicar en términos simples la diferencia entre su esbelto bólido de la F1 y el auto más tradicional de la NASCAR.

"No quiero faltar al respeto a nadie", dijo sonriendo. "¿Alguna vez has conducido una pickup y un Ferrari?"

El propio Montoya lo averiguó justo un año después, cuando, desgastado por las polí­ticas de la F1, hizo el salto a la serie más popular de automovilismo en Estados Unidos.

Montoya aprendió rápido que su nuevo trabajo serí­a duro. Se vio involucrado en un accidente aparatoso que incluyó un incendio durante su debut en el 2006, en Homestead, y tuvo problemas durante la siguiente temporada para acoplarse a los distintos trazos de pistas en la NASCAR. El año siguiente incluyó tres cambios de jefe de mecánicos en menos de dos meses, y la frustración de Montoya comenzó a manifestarse.

"Creo que si eres demasiado paciente en lo que haces, nunca lograrás nada", dijo. "Uno no tiene que ser intolerante, pero si uno quiere lograr algo, hay que presionar a la gente".

Les llevó unos meses, pero Montoya y Pattie se entendieron finalmente y el jefe de mecánicos convenció al piloto de un plan para llegar a la búsqueda del tí­tulo esta temporada. Hizo falta que Montoya mostrara más paciencia y corriera de manera inteligente, realizando un esfuerzo para no perder de vista el objetivo principal.

La búsqueda del triunfo en cada carrera se volvió un objetivo secundario, y no siempre fue fácil para Montoya el moderarse en su bólido.

En julio, dominó la carrera en Indianápolis, pero una sanción cerca de la meta lo sacó de la competencia. Pattie debió hacer un esfuerzo increí­ble para tranquilizar a Montoya y hacer que llegara a la meta con el auto completo, sin hacer otro viraje violento, presa de la ira.

Aquella tarde fue un momento crucial en la temporada de Montoya, porque lo salvó de quedar fuera de la contienda por el tí­tulo. El piloto ha tenido al fin éxito en la NASCAR, una empresa en la que muchos otros han fracasado.

FUENTE: Agencia AP