MLB MLB -  8 de octubre de 2025 - 17:39

Los Tigres de Detroit fuerzan quinto juego ante Marineros de Seattle

Los Tigres de Detroit vencieron 9-3 a los Marineros de Seattle en el cuarto juego de la Serie Divisional de Liga Americana.

Por segundo año consecutivo, los Tigres de Detroit le entregarán la bola a Tarik Skubal en un Juego 5 de vida o muerte de una Serie Divisional de la Liga Americana de MLB para enfrentar a los Marinerso de Seattle.

Lo que parecía un juego para que los Marineros sentenciaran la serie en el Comerica Park la tarde del miércoles, cambió repentinamente con un ataque de tres carreras —coronado por un sencillo del boricua Javier Báez para empatar el compromiso— en el quinto capítulo, antes de que el primer jonrón de postemporada en la carrera de Riley Greene encendiera tanto a la ofensiva de los Tigres como a una abarrotada fanaticada, con un rally de cuatro rayitas en la sexta, encaminando a Detroit a una victoria por 9-3 en el Juego 4 y a un regreso al T-Mobile Park.

Los Tigres de Detroit con una victoria más

Una vez que Cal Raleigh impulsó al cubano Randy Arozarena con un sencillo para una ventaja de 3-0 de los Marineros en la quinta, ni siquiera la canción coreada entre entradas, “Mr. Brightside”, pudo animar a los aficionados de los Tigres. En cambio, el doble de Dillon Dingler que superó a Arozarena y llegó a la barda del jardín izquierdo logró el efecto deseado, impulsando a Zach McKinstry, poniendo a Detroit en la pizarra y a los aficionados de pie.

Con Parker Meadows al bate y Kerry Carpenter esperando su turno tres bateadores después, el manager de los Marineros, Dan Wilson, recurrió al relevista zurdo Gabe Speier. Hinch aprovechó el momento, usando a Jahmai Jones como bateador emergente por Meadows, cuyo doble posterior impulsó a Dingler y acercó a Detroit a una carrera.

Speier se quedó para retirar a Carpenter y Colt Keith y mantener el juego igualado, pero cuando se mantuvo para la sexta entrada para enfrentar a Greene, dejó colgando un slider en cuenta de 1-0 que Greene la desapareció. El cañonazo resultante de 454 pies fue el segundo más largo de su carrera. El rugido de la multitud que siguió se pudo escuchar en todo el centro de la ciudad.

FUENTE: MLB